El Presidente de los Estados Unidos es elegido para un mandato de cuatro años. Un proceso que se inicia con la etapa de presentación de los candidatos para ganar la postulación electoral en cada partido. Se conocen como primarias y organizan no menos de un año antes de la contienda para alcanzar la Casa Blanca. Una vez conocidos los candidatos, Republicano y Demócrata, las elecciones presidenciales se programan para el día martes que sigue al primer lunes de noviembre. En esta oportunidad están previstas para el próximo martes 3/11/2020.
Los ciudadanos que deseen votar en las elecciones deberán registrarse previamente, pero el ejercicio de su voto no se efectúa de modo directo a los candidatos presidenciales sino para elegir a los compromisarios, miembros del Colegio Electoral, que son los representantes escogidos por los partidos políticos, distribuidos demográfica y proporcionalmente en cada estado federado. Una vez producido el sufragio indirecto, los compromisarios electos decidirán en favor del partido más votado en cada estado. El candidato que alcance 270 votos a favor, de los 538 compromisarios electos, ganará la Presidencia federal.
El sistema electoral estadounidense puede producir el desacuerdo de la votación por colegio electoral con la popular, que es común en Iberoamérica, como fueron los casos de George Bush y Al Gore (2000), o recientemente entre Donald Trump y Hillary Clinton (2016); pero se trata de un modelo de votación que data del siglo XVIII, cuando los nacientes estados federados se unieron con el propósito de conservar su independencia optando por un sistema que no beneficie a los estados más grandes. En la práctica, el próximo 3 de noviembre se producirán elecciones en 50 estados federados, donde California, Massachusetts o Nueva York suelen ser demócratas, a diferencia de Dakota del Norte, Alabama o Texas que suelen votar republicano.