Protesto por respeto a los niños sobre la denominación “los niños” usada para representar a los congresistas que traicionan la voluntad del partido al que pertenecen, sin transparentar su filiación virtual al gobierno, en aras de lograr beneficios personales.
El uso del apelativo “los niños” ilustra la imagen que tienen los gestores y los usuarios sin reparos del mismo como seres censurables, inconsistentes, egoístas, mentirosos, traicioneros, que se venden al mejor postor, y que han agachando la cabeza para servir obedientemente a los designios del poderoso de turno. Todo ello para recibir beneficios personales.
¡Qué falta de respeto! ¿Así imaginan a sus hijos-niños?
Les propongo ubicarse en una imagen de lo que son los verdaderos niños, que son personas plenas iguales que cualquier adulto, curiosos, apasionados por aprender, interesados en los problemas del entorno y responsables con el medio ambiente, creativos, solidarios, responsables de sus roles al trabajar en equipo, preocupados por el bien común y capaces de cuidar y amar a otros. Los niños no son semi-ciudadanos. La edad puede diferenciar en los niveles de complejidad del abordaje de los conceptos pero no convierte a unos en inferiores en dignidad e integridad frente a otros.
Lamentablemente, la imagen degrada de los niños que tienen no pocas autoridades y políticos los ubica en una categoría humana inferior e incompetente en relación a los adultos, cuando quizá son éstos los que deberían aprender de las calidades y valores que suelen exhibir los niños cuando enfrentan retos, amistades y decisiones complejas.