Hay congresistas cuya máxima aspiración es pasar desapercibidos durante su mandato, pero con sus actos se ponen en el ojo de la tormenta.
Un ejemplo de este caso es el legislador Paul Gutiérrez Ticona (electo por Perú Libre y ahora en el Bloque Magisterial). Como se recuerda, este saltó a la palestra luego de que se conociera que presentó un proyecto de ley que, en la práctica, lo iba a beneficiar directamente pues haría que deje de pagar una pensión alimenticia a su hija.
Por este caso, Gutiérrez Ticona fue investigado de oficio por la Comisión de Ética y, ante la presión, retiró la iniciativa.
Ahora el parlamentario es duramente criticado por firmar otro proyecto de ley para extender el plazo del bachillerato automático hasta diciembre el 2026. En este caso porque la iniciativa legislativa fue copiada directamente de una respuesta que brindó la inteligencia artificial.
Pasamos de parlamentarios que robaban proyectos de ley de otros países a aquellos que si bien no plagian, tampoco leen lo que las IA generativas les responden. Todo mal si consideramos que Gutiérrez Ticona es docente.
Como era de esperarse, el congresista culpó a sus asesores, esos que ganan hasta 12 mil soles al mes, de este impasse y ya se anunció una nueva denuncia en la Comisión de Ética contra él, pero ya sabemos cómo terminan los procesos en dicha instancia parlamentaria.