La situación del gabinete que encabeza Guido Bellido es precaria por la sola presencia del premier y de varios de los miembros de su equipo, cuyos antecedentes la prensa se ha encargado de mostrar ante los peruanos. No ha habido un solo día tras la juramentación en que no hayamos sido notificados de quiénes son las personas integran el Poder Ejecutivo en el gobierno de Pedro Castillo. Hay hasta filoterroristas.
Sin embargo, preocupa especialmente la situación del ministro del Interior, Juan Carrasco Millones, quien está ocupando dicho cargo sin que se haya formalizado su renuncia a su condición de fiscal en Chiclayo.
En este momento tenemos a un ministro y al mismo tiempo fiscal, quien si bien no está cobrando doble sueldo, sí está yendo en contra de las normas que expresamente han establecido la incompatibilidad de ser miembro del Ejecutivo y al mismo tiempo del Ministerio Público.
El problema acá es que todos los actos podrían ser declarados nulos, incluso el nombramiento de dos viceministras en su sector, o cualquier eventual cambio en el comando de la Policía Nacional.
Carrasco Millones se ganó la buena fama de fiscal implacable con muchas bandas de todo tipo que operan en el norte del país. Sin embargo, haber jurado al cargo de ministro sin concretar su renuncia al cargo de magistrado, podría pasarle una costosa factura que lo dejaría sin siga y sin cabra.