Mientras aparecen las señales que el país afrontará una crisis alimentaria en los próximos meses, el ministro de Agricultura, Javier Arce, ofreció un tren bala desde Tumbes a Tacna. Realmente es deplorable el nivel de los funcionarios del Gobierno. Más de uno tiene nulo conocimiento de su sector. Nadie piensa en las demandas más urgentes de los peruanos. Como no tienen preparación ni experiencia, están en una etapa de transición y por definición, las transiciones son de derivaciones insospechadas. Es decir, puede pasar cualquier cosa. El problema es que aquí pasa lo peor.
El mismo ministro no informó en su declaración jurada sobre sus antecedentes judiciales. Argumentó que en 20 minutos le hicieron firmar el documento. “No lo vi bien, pero es una omisión administrativa y no un delito”, dijo. Esto demuestra que en el Gobierno la improvisación y el caos han reemplazado a la idoneidad, algo que se necesita para encontrar respuestas sobre los problemas que cada día se agravan en el país. Es urgente crear planes y fórmulas para capear el temporal que se viene, la situación es tan complicada que algunos especialistas sostienen que probablemente todo conduzca a una hambruna. ¿El Gobierno está preparado para lidiar frente a un panorama tan sombrío? Es evidente que el presidente Pedro Castillo y sus ministros son incapaces de ello. No están en capacidad de concebir las soluciones del futuro.