Hasta hace una semana, muchos peruanos teníamos la tranquilidad de que en el 2026 nos íbamos a librar de varios de los actuales congresistas que el jueves último, durante el pleno en que se buscaba sancionar a María “vamos al cajero” Cordero, una de las tristes y celebres “mochasueldo”, demostraron su verdadero rostro y su calaña al votar en contra o abstenerse para impedir que dicha legisladora pague por haberse quedado con parte del sueldo de los trabajadores de su despacho.
Sin embargo, sin hacer mucho ruido, esos mismos blindadores de corruptos han quedado habilitados, con sus propios votos, obviamente, para ser senadores a partir del 2026. Así que ya saben queridos lectores, es muy probable que tengamos que seguir soportando hasta el 2031 a gente como Edwin Martínez, José Balcázar, María Agüero, Guido Bellido, Américo Gonza, Pasión Dávila, Isabel Cortez, Roberto Sánchez y otros para los que robar plata ajena es poca cosa y no merece castigo.
Un comentario aparte merece lo dicho por el congresista Edwin Martínez, elegido por Arequipa por Acción Popular, quien prácticamente dijo que si el Congreso estaba infectado de “mochasueldos”, por qué se iba a sancionar solo a una de ellas. Sí, este caballero, el mismo que dijo que votó por Josué Gutiérrez para defensor del Pueblo porque era paisano de una trabajadora de su despacho, cobra un sueldo por decir cosas como estas, y podría volver en el 2026 como senador. Para llorar, qué vergüenza.
Si hay al menos 30 legisladores, cuyos rostros pusimos ayer en la portada de Correo Lima, que no son capaces de sancionar a quien pasará a la historia por exigir a su trabajador que vayan juntos al cajero electrónico para quedarse con plata de su sueldo, qué más podemos esperar. ¿Qué saquen una ley a favor de los miembros de El Tren de Aragua? ¿Qué declaren mártir de los inmigrantes venezolanos a “Maldito Cris”? ¿Que den amnistía a “marcas”, extorsionadores y secuestradores que digan que están arrepentidos?
Si las agrupaciones que lanzaron como candidatos a esta clase de elementos, quieren participar en los próximos comicios, por lo menos debería comenzar por pedir disculpas al país por tanto “niño”, tanto apañador de un golpista o de un prófugo de la justicia, por tanto viajerito, tránsfuga, prontuariado, “mochasueldo”, maltratador de mujeres, agresor de colegas y demás “joyas” que en dos años y medio debían volver al anonimato, pero que ahora amenazan con regresar nada menos que como senadores de la República.