Una semana más que termina sin que la Policía Nacional, pese a los ofrecimientos del ministro del Interior, Víctor Torres, y del comandante general de la institución, Víctor Zanabria, logre capturar al delincuente Vladimir Cerrón, quien desde el 6 de octubre del año pasado se mantiene en calidad de prófugo y burlándose por redes sociales de quienes dicen estar detrás de sus pasos.
Este miércoles se cumplirán cinco meses de una escandalosa fuga que parece que cuenta con el apoyo de ciertos políticos y policías. Esto último lo ha deslizado como una posibilidad incluso la presidenta Dina Boluarte, quien si no tiene nada que temer de lo que pueda hablar su exsocio político, debería ser la primera interesada en el arresto de este hampón.
Y mientras a Policía Nacional no lo captura y es objeto de burlas y tomaduras de pelo por parte de un ladrón de fondos públicos, su partido, Perú Libre, sin ninguna vergüenza mueve sus fichas para tratar de salvar a su líder de la cárcel que le espera. Un claro ejemplo de uso de la política para salvar a un corrupto.
Los delincuentes tienen que estar tras las rejas, es lo que sucede en todo país con un estado de derecho vigente, salvo que el buscado cuente con un “padrino” o “madrina” que lo proteja. Los peruanos tenemos derecho a creer esto último mientras Cerrón no vaya a una cárcel a cumplir con su condena.