Mientras dure la pandemia el debate de obligar o no al uso de la mascarilla para asistir al colegio o universidad será más frecuente y el Perú debe estar preparado con alguna postura.
El principal argumento a favor de hacer obligatoria la vacunación es que el ser portador pone en riesgo a quienes están a su alrededor en los espacios públicos. La vacunación colectiva beneficia a la sociedad de manera colectiva, por lo que la responsabilidad la deben compartan equitativamente todos.
Los principales argumentos en contra de la obligatoriedad de la vacunación en una democracia liberal es que atenta contra la autonomía de las personas sobre el cuidado de su cuerpo y además constituye una derrota de la política pública de persuadir a la población de vacunarse. Adicionalmente expone al sistema a demandas judiciales y desgastes políticos. Un buen grupo de antivacunas no confían en los expertos, la industria y menos en el gobierno. Siendo así, se alimenta la energía de los opositores que expanden sus adherentes apelando al populismo científico y político y la desinformación.
El tema no es sencillo porque implica una confrontación de valores en un tema polémico. Lo mejor es escuchar todas las posiciones para finalmente llegar a la conclusión que resulte más aparente para el caso peruano. No olvidemos que el Perú no tiene una tradición muy sólida en cuanto al cumplimiento de las leyes por el solo hecho de que éstas sean promulgadas, ni tampoco de ser un aplicador consistente de sanciones por el incumplimiento. Por lo tanto, el espacio para lo educativo es absolutamente crucial.