En una ciudad como Lima, construida sobre un desierto, el agua es un recurso valioso y escaso. Los procesos de tratamiento del agua potable, además de complejos, resultan siempre costosos, de tal forma que cualquier pérdida, por menor que sea, representa una situación preocupante.
Cada año, Sedapal produce, en promedio, entre 600 y 700 millones de metros cúbicos (m3) de agua. En la actualidad, se calcula que casi un tercio de ese volumen (27%) se “desperdicia” o no genera retornos (dinero) para la empresa.
Dicha situación, además de afectar el equilibrio financiero de Sedapal, pone en riesgo la sostenibilidad del servicio de agua potable a largo plazo. A este indicador, que está formado por componentes diversos (ver infografía), se le denomina agua no facturada (ANF).
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En lo que va del siglo, dicho índice ha disminuido de forma sostenida y notable. No obstante, a pesar de los esfuerzos y acciones, para el cierre de 2015 se espera un nuevo incremento. El indicador en cuestión pasará de 27.83% a 29.02%. Este cambio, como es de suponer, tiene consecuencias sobre el usuario.
Consecuencias. Tratar y distribuir agua tiene un costo de operación para Sedapal. A mayor nivel de agua perdida, mayor es el gasto que debe realizar la empresa.
“El incremento de los costos operativos originado por ANF es asumido en forma indirecta por el usuario de los servicios de agua y alcantarillado a través del pago de la tarifa”, explica la Gerencia de Regulación Tarifaria de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass).
En una perspectiva mayor, al no cobrar por un determinado volumen de agua, la empresa sufre un desequilibrio financiero que limita sus acciones institucionales. El dinero no recibido “podría emplearse en mejorar la calidad de los servicios de agua potable y alcantarillado o incrementar el número de usuarios atendidos”, añade la entidad.
Michael Vega Baltodano, gerente de Desarrollo e Investigación (e) de Sedapal, comenta que el objetivo es reducir el nivel de ANF hasta 20% en un plazo de cinco años.
“Hay un punto de equilibrio en el cual el gasto realizado ya no permitirá recuperar la inversión. Bajar un punto de ANF demanda mucho dinero. Cada vez es más lento y costoso”, dice el funcionario.
Acciones. La mayor parte del ANF se genera por pérdidas en roturas o fugas en las redes, incidentes que se han disminuido en los últimos años, asegura Vega Baltodano.
Según Sunass, solo en el primer tercer trimestre del año se registraron 1936 roturas en las redes administradas por Sedapal. En el mismo periodo de 2014 y 2013 se cuantificaron 2114 y 2047, respectivamente.
Otro de los elementos que incide en el aumento del ANF, y que perjudica al usuario, es la obsolescencia de los medidores. La vida útil de un medidor se calcula en tres o cuatro años. Pasado ese plazo, el aparato empieza a subregistrar los consumos, es decir, a marcar datos por debajo de lo real, según explica a Correo Carlos Ollé Nava, exgerente de Desarrollo e Investigación de Sedapal.
Según el exdirectivo, algunos estudios indican que al menos el 20% de los medidores en Lima tiene este problema. En consecuencia, si no se tiene una política de reposición de medidores, el nivel de ANF volverá a subir, como ya ocurrió este año.
Solo entre 2010 y 2012, Sedapal renovó 1.2 millones de medidores, pero en el mismo plazo al menos 250 mil sobrepasaron su vida útil, lo que incidió en el incremento de ANF de este año.
Existen distritos de Lima en los que las viviendas no tienen sistemas de micromedición, por lo que no se puede saber cuánta agua utilizan. Hasta 2020, Sedapal deberá instalar más de 169 mil nuevos medidores. Ello permitirá aumentar el nivel de micromedición, que hoy se encuentra en 82%, hasta 94%.
El otro gran problema son las conexiones clandestinas. Aunque no existen cifras certeras sobre cuánta agua se le roba a Sedapal, la entidad estima que el volumen se encuentra entre el 4% y el 5% de la producción mensual.
En promedio, la empresa clausura entre 300 y 400 conexiones ilegales al año, pero siempre aparecen más. Por ello, Sedapal ha decidido iniciar acciones legales contra aquellos que incurran en el delito de “hurto de agua”.
A la fecha, 21 personas han sido sentenciadas, pero solo cuatro de ellas cumplen prisión efectiva. Otras 39 están sujetas a reglas de conducta. La impunidad, en el Perú, también es enemiga del agua.
Un problema regional
El nivel de agua no facturado que tiene Sedapal, pese a todo, es adecuado en comparación con otras empresas de la región, coinciden en señalar los expertos. “El porcentaje de ANF es aceptable considerando el nivel actual de la tarifa. Por ejemplo, en zonas de Japón, el ANF es menos de 10%, pero el valor de la tarifa, comparativamente con la de Sedapal, es casi 10 veces más alta.
Según datos de IB-Net compartidos por Sunass, la empresa de Agua y Saneamiento Argentina S.A. (AySA), que presta servicios en Buenos Aires, tiene un nivel de agua no facturado de 41.99%; la empresa Aguas Andinas, que opera en Santiago de Chile, tiene un nivel de ANF de 28.93%; la empresa Acueductos de Bogotá tiene un nivel de 50.72% y la Empresa Pública Metropolitana de Agua y Saneamiento, que brinda servicios en Quito, presenta un nivel de agua no facturado de 31.14%.