La ministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete, presentó su carta de renuncia ante el presidente Francisco Sagasti, en la noche de este domingo 14 de febrero, tras confesar que recibió la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 del laboratorio chino Sinopharm el 22 de enero del 2021.
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“Al haber estado en contacto con varios funcionarios que resultaron positivos a la COVID-19 en los meses de diciembre del 2020 y enero 2021, entre ellos funcionarios de alto nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores, como el vicecanciller y el director general de América; así como, de funcionarios diplomáticos extranjeros y personal de la escolta, acepté el ofrecimiento de hacerme inocular la primera dosis de la vacuna Sinopharm, el día 22 de enero último, de los que entendía se trataba de un remanente del lote de vacunas a cargo de la Universidad Cayetano Heredia”, escribió
Asimismo, Astete explicó que su decisión de vio influida en que tuvo que hacerse, entre el 8 y 26 de enero, dos pruebas moleculares, una serológica y otra de antìgenos para comprobar si se había infectado tras estar en contacto con personas que dieron positivo al coronavirus.
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“A ello se sumó la necesidad que tenía de viajar a Tumbes para cumplir con mi responsabilidad de representante de dicha región en el Consejo de Ministros y las limitaciones que tengo por ser persona de riesgo, al tener 68 años”, añadió.
“No podía darme el lujo de caer enferma”
Elizabeth Astete también dijo que no podía infectarse con la enfermedad respiratoria porque tenía la responsabilidad de negociar la compra de vacunas y el vicecanciller tenía problemas de salud.
“Cabe tener presente que, al haber asumido la estrategia de negociación para la adquisición de las vacunas, desde finales del mes de noviembre del 2020, no podía darme el lujo de caer enferma, particularmente si se tiene en cuenta que el vicecanciller Manuel Talavera estuvo ausente, primero por haber sido afectado por la pandemia y luego por haber tenido que ser operado de la retina”, aseveró.
Admite su error
“Fueron intensas las gestiones y coordinaciones para concretar el adelanto de las primeras vacunas. Este proceso no debe verse empañado por una decisión equivocada, que no medí en su momento”, expresó.