Renovadora “El Trome”, es un lugar en donde el olor a pegamento, la risa y la creatividad se perciben en el ambiente. Un buen trato y un botín nuevo después de una hora de sesión en las manos de los Tromes de la Renovación, es suficiente para poder salir a la calle y lucir unos zapatos, que aunque tengan un año de uso, parecerán recién comprados.
Con tres locales en la calle Pizarro y 15 obreros a su cargo, Rufino Chirio, un hombre de 55 años de edad, ha encontrado en el arreglo, pintado y confección de zapatos una forma de hacer pequeña empresa.
“No sabe cuán difícil es hacer empresa con una inversión de S/.1000 y cuatro hijos a su cargo”, expresó Rufino con las manos pintadas de colores y pegamento entre seco.
A sus locales, diariamente, asisten entre 80 y 100 personas, que buscan en los maestros “resucitar” un par de botines, el cambio de tapas, tacos y suelas.
“La mayoría son damas, vienen por sus tapillas o para que se les cambie los tacos a sus sandalias o botas. Esto es un arte que ellas sí saben apreciar”, nos dijo James, el hijo de Rufino Chirio.
Este joven, a sus 21 años, es todo un experto en armar y desarmar zapatos . “Desde pequeños, nuestro padre Rufino nos enseñó que un buen trabajo rápido y con calidad, solo se puede lograr si el zapatero o renovador tiene creatividad”.
RECUERDOS. Rufino guarda especial cariño por su primer local, el que está ubicado en la calle Pizarro 403. “Lo abrimos hace más de 10 años. Yo trabajaba en la Av. Independencia y cuando vine a esta calle, este fue el lugar de mis lágrimas y éxitos”, nos contó.
Allí trabajan 4 curiosos personajes, que con su sentido del humor y buen trato con el cliente se han ganado el apodo de los “terribles del calzado”.
Raúl Morales tiene 26 años, lustra y arregla calzado hace una década y aunque no habla mucho, es fácil percibir su dedicación. Sus compañeros nos dijeron que es el más rápido tapiando y pintando, aunque a veces en esa prisa sufre algunas cortadas con la chaveta, es el más rápido y eficiente“, expresó Edison, el segundo de los hijos de Rufino.
LAS MUJERES. Edison se encarga de las reparaciones a zapatos y sandalias de mujer. “La mayoría de trabajos que llegan aquí al Trome, son zapatos de mujer. Sino fuera por ellas, no seríamos lo que somos”, contó.
El Trujillano, zapatero y padre de una niña de 2 años, Bania, es Humberto Reyes, otro de los tromes de la renovación. Carismático y algo excéntrico, tiene 26 años y es el amo y señor del pintado.
“Puedo terminar de renovar un zapato en 3 horas, dependiendo de la dificultad del trabajo, pero hago todo lo posible para que el cliente quede satisfecho con un buen trabajo”, explicó Humberto Reyes.
REPUESTOS. El encargado de vender las tapas, los tacos y las pinturas es James Chirio.
“En nuestro local tenemos más de 1000 tipos de tacos, tapas, suelas y numerosas cremas de colores para pintar el calzado. Este trabajo nunca es aburrido, siempre hay algo nuevo en cada uno de los zapatos”, alega James.
SUEÑO. Rufino sueña con abrir dos locales y dejar de herencia todo lo que sabe.
“Quiero que en un futuro, mis hijos tomen la posta de lo que he creado con mucho esfuerzo y cariño. En mis hijos encuentro cualidades mucho mejores que las que poseo y estoy seguro que harán un buen trabajo”, finalizó.