El papa Francisco volvió ayer a expresar su deseo de venir al Perú en el año 2018, aunque falta precisar la fecha exacta en que se realizaría esa visita. Este anuncio se dio tras la reunión que sostuvo la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), encabezada por el cardenal Juan Luis Cipriani, con el líder de la Iglesia católica en el marco de la visita Ad Limina, que realizan en la Ciudad del Vaticano.
El arzobispo de la región Arequipa, Javier del Río Alba, afirmó que el papa Francisco “tiene el deseo” de visitar el Perú y no descarta hacer este viaje en 2018, aunque “todavía no hay fecha” prevista.
Del Río Alba explicó ayer, en declaraciones a la agencia Efe, que así lo expresó el Papa durante la audiencia que ha mantenido en el Vaticano con los obispos de Perú.
INVITACIÓN. El arzobispo de Arequipa reconoció que el presidente de la CEP, Salvador Piñeiro García Calderón, renovó al Pontífice la invitación para que viaje al Perú y que el Papa confesó que es un periplo que tiene en mente.
“El Papa ha dicho que no está descartado, que sin duda él desea visitar el Perú, y que no está descartada la posibilidad de que sea el año próximo”, comentó.
“Lo tiene en su corazón, tiene el deseo, pero todavía no hay fecha”, añadió.
Del Río Alba describió el encuentro como “muy agradable, muy fraterno”, y contó que Francisco les invitó a dialogar y a plantearle las experiencias de cada uno de los obispos, así como a ilustrar la labor que desarrollan en sus diócesis.
“Ha sido un encuentro bastante bonito”, y el Papa se mostró abierto a escuchar “si había alguna consulta que queríamos hacerle, algún consejo”, concluyó.
Durante el encuentro con el papa Francisco, los obispos peruanos le obsequiaron un cuadro con la imagen de San Martín de Porres, el primer santo negro de América. Al recibir la imagen, Francisco señaló que mientras algunos “son devotos del santo, otros de la ecología, yo soy devoto de la escoba”, causando las risas entre los presentes.
DATO
Nueva visita
La última visita Ad Limina realizada por los obispos peruanos fue en mayo de 2009, cuando fueron recibidos por el hoy papa emérito Benedicto XVI.