Las mascotas, como sus dueños, tuvieron que adaptarse durante la pandemia de COVID-19. Los engreídos de cuatro patas se acostumbraron a que las personas estuvieran en casa la mayor parte del tiempo, de la misma manera en que los humanos aprendieron a hacer malabares para ayudar a los niños con las clases virtuales, atender la casa, cuidar a las mascotas, y simultáneamente trabajar de forma remota.
Ahora que la vacunación avanza y hay más flexibilidad en cuestión de restricciones, cada vez más personas retornan paulatinamente a sus actividades laborales, y las mascotas volverán a pasar mucho tiempo solos en casa. Esta transición puede generarles ansiedad por separación, frustración, miedo y/o aburrimiento, por ende afectar el bienestar emocional de perros y gatos.
Señales
Franco Mauri, responsable de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Animal Health en Perú, explica que “los principales signos de ansiedad por separación en perros son jadeos constantes, irritabilidad, aumento en las vocalizaciones, cambios en los patrones de alimentación y de sueño, destrucción de objetos en el hogar, así como orinar y defecar en lugares donde antes no lo hacían. Mientras que los gatos pueden presentar los mismos signos, además del incremento de comportamiento de caza y el aislamiento”.
Educarlos. Para reducir los efectos negativos y minimizar la alteración de las rutinas de esta ‘nueva normalidad’ en los perros y gatos, es necesario educarlos; de manera que el cambio sea progresivo y lo menos radical posible. “Con disciplina, paciencia y constancia los resultados tienen mayor probabilidad de ser satisfactorios. En caso de que lleven a cabo las recomendaciones (infografía) y sus mascotas no se adapten a la nueva rutina o los signos se agraven, deben consultar a su médico veterinario”, concluyó Mauri.