El movimiento sísmico de 8.2 grados en la escala de Richter que se registró el martes por la noche al norte de Chile, trajo los recuerdos del devastador terremoto ocurrido el 2010, que dejó 524 muertos. Sin embargo, los resultados fueron menos catastróficos.
Seis fueron las víctimas mortales y unas 972 mil personas tuvieron que ser evacuadas, informaron ayer fuentes oficiales, mientras las autoridades levantaron la alerta de tsunami que se mantenía en seis localidades de la zona afectada.
“Hay seis personas fallecidas, es un hecho lamentable, expresamos nuestra solidaridad a todos sus familiares”, indicó el ministro secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde, quien explicó que “se ha decretado el estado de excepción con el objeto de restablecer los servicios básicos en la zona y volver a la normalidad”.
ALARMA. El terremoto se produjo a las 20.46 hora local del martes con epicentro en el mar, a 89 kilómetros al suroeste de Cuya, frente a la costa de la región de Tarapacá.
Según el informe, aún hay ocho carreteras con cortes en distintos tramos de las regiones afectadas, declaradas zonas de emergencia.
DAÑOS. El hospital regional de Iquique sufrió daños que están en evaluación, mientras que unas 2000 viviendas resultaron dañadas en el municipio de Alto Hospicio, cercano a Iquique, en la región de Tarapacá, a unos 1860 kilómetros al norte de Santiago.
En cuanto a la situación de los servicios públicos, en Arica, se ha restablecido el suministro eléctrico en un 87% y el de agua en un 67%.
En Tarapacá, en tanto, 38,509 hogares aún se encuentran afectados por cortes del suministro eléctrico y los municipios de Iquique y Alto Hospicio no cuentan con agua potable.
RÉPLICAS. Por otra parte, el Centro Sismológico Nacional informó que hasta el momento se han registrado 96 réplicas del terremoto, de las cuales ocho han sido percibidas por la población y una fue de mediana intensidad.
ALERTA. Pero los geólogos dan la voz de alarma y señalan que un terremoto incluso mayor se avecina en la región.
“Esta magnitud de 8.2 no es el gran terremoto que estábamos esperando en esta área”, dijo Mark Simons, un geofísico de Caltech en Pasadena, California. “Estamos esperando un terremoto que posiblemente será incluso más fuerte”, precisa en declaraciones recogidas por CNN en español. Podría ser mañana. O podría ser dentro de 50 años. “No sabemos cuándo va a ocurrir”, agregó.
Las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, en el extremo norte del país, fueron las más afectadas, una zona que presenta una “laguna sísmica” de 137 años, razón por la cual sismólogos anticipan un gran evento telúrico mucho mayor.
EVALUACIÓN. La presidenta chilena, Michelle Bachelet, resaltó que su Gobierno dispuso de información oportuna para tomar las medidas necesarias frente a la emergencia suscitada.
“Todas las estructuras funcionaron como corresponde. Hubo información inmediata y oportuna para poder tomar las decisiones que correspondían”, declaró la mandataria en la ciudad de Iquique, 1857 kilómetros al norte de la capital, hacia donde se trasladó durante la mañana.
“Se ha respondido como corresponde, adecuadamente”, agregó, tras reunirse con autoridades regionales para conocer los daños causados por el sismo, que fue sucedido también por un tsunami que no tuvo consecuencias catastróficas.
Contrariamente a lo acontecido en el terremoto de febrero de 2010 de una magnitud de 8.8 grados y que golpeó al centro sur de Chile, cuando Bachelet concluía su primer mandato, esta vez se decretó casi inmediatamente después del sismo una alerta de tsunami en toda la costa chilena.
Bachelet destacó el comportamiento de la población, que calificó de “ejemplar”, al realizar la evacuación de las zonas costeras con bastante calma, aunque muchas personas no siguieron la instrucción de dirigirse a las zonas altas caminando y no en automóviles, lo que causó atascos. Fotos: EFE // Grupo Epensa