Fue a pescar al río y la raptaron cuando regresaba a su casa. Verónica Campos Rojas (19), quien cargaba a su hija recién nacida, fue atacada en una trocha. El criminal la golpeó, la ultrajó, la asfixió y botó el cadáver al río. El pervertido, sin piedad alguna, también estranguló a la pequeña Luciana de 4 meses con la misma pita de tocuyo color beige con la que mató a su madre. El feminicidio y doble crimen conmociona al distrito de San Martín de Pangoa (Satipo).
CRUEL. Verónica salió de pesca al centro poblado de La Florida, junto a su suegra y cuñada. A las 15:00 horas, cuando regresaba sola, a la altura del fundo Roque Chamorro fue atacada por su verdugo y desapareció. Sus familiares, ronderos de La Florida, comuneros de Sonomoro y militares la buscaron. Luego de 17 horas, ayer, encontraron sus sandalias. Esa fue la pista. Verónica, quien se defendió hasta el final, había sido arrastrada 500 metros. En un yucal hallaron la cushma de la niña y otras prendas cerca del río Sonomoro. Los ronderos se lanzaron al torrente, allí estaba la madre, cuyos cabellos se enredaron en el capiro (espina). A 30 metros de ella, estaba fondeada la bebé, su primogénita.
LAZO. El asesino asfixió a madre e hija con una tira de tocuyo beige. Según el viudo Adan Chiricente, la tira, tipo lazo de la cartera, no era de Verónica. Los deudos tienen la asesoría legal del PNCVFS y el CEM Pangoa.