Una década ha pasado ya desde que la mañana de 21 de setiembre del 2007, el presidente de la segunda sala (Sala Penal) de la Corte Suprema Chilena, Alberto Chaigneau del Campo, anunciara el acogimiento de la solicitud de extradición al Perú del entonces prófugo expresidente Alberto Fujimori.

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Fujimori había sido acusado de 13 delitos, pero la corte presidida por Chaigneau informó al Estado peruano que solo 7 de estas habían sido aprobadas: cinco por casos de corrupción y dos por flagrantes faltas a los derechos humanos (delitos de lesa humanidad). 

La decisión del magistrado Chaignaeau  revocó el fallo de primera instancia anterior, dictado el pasado 11 de julio del 2007 por el juez Orlando Álvarez, que había rechazado la demanda de extradición del Estado peruano.

En precisiones, Chaignaeau informó que detalló en ese momento que en lo concerniente a las acusaciones por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), la extradición de Fujimori fue aprobada por unanimidad, lo mismo que en el caso de unos sobornos pagados a congresistas peruanos. 

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LA FUGA AL JAPÓN

Cabe recordar que luego de intentar renunciar a la presidencia del Perú —el Congreso de la República rechazó su renuncia acusándolo de “incapacidad moral permanente”—, Fujimori pasó en Japón cuatro años. 

En el país asiático, Fujimori fue reconocido como ciudadano nipón por ser hijo de japoneses. En ese sentido, el Perú nunca pudo lograr la extradición del exmandatario, pues Japón no contempla la extradición de sus ciudadanos a países terceros.

EXILIO EN CHILE

En noviembre del 2005, Alberto Fujimori regresó a Sudamérica. El expresidente aterrizó en Chile utilizando su pasaporte peruano —con lo cual dejó en modo pasivo su nacionalidad japonesa—, donde fue capturado por las autoridades chilenas. En el país del sur permaneció detenido; sin embargo, le fue devuelta su libertad bajo fianza, pero con una orden de arraigo que le impedía salir del país.

En Chile, Fujimori pasó sus días en una mansión que arrendó en el acomodado condominio de Chicureo, al norte de Santiago. Ahí, en julio del 2007 —meses antes de ser extraditado— aceptó postular al senado japonés, pero sin éxito. 

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