Por lo menos 39 padres de la patria se han convertido en virtuales tránsfugas al abandonar el partido con el que llegaron al Congreso para integrar otra bancada más acorde con sus expectativas políticas o personales, según un análisis elaborado por Correo.
La cifra equivale al 30% del total de parlamentarios. No todos forman parte de un mismo sector; por el contrario, son de tiendas políticas de ideología de izquierda y derecha.
En casi todos los casos, la justificación para dejar la agrupación por la que fueron electos es “razones de conciencia y principios”.
Expertos consultados sobre el caso han dicho a este diario que esta “patología” no solo revela una carencia de vocación política, sino que también una crisis en el consenso y una falta de respeto al electorado que otorgó sus votos a los legisladores.
Además, demuestra la precariedad de los partidos políticos, su falta de cohesión interna y las pocas sanciones que existen hacia las bancadas que se desintegran.
TRANSFUGUISMO.
Este recuento lo encabeza Carlos Zeballos quien renunció a Acción Popular, integró el grupo Perú Democrático que era dirigido Guillermo Bermejo, un renunciante de Perú Libre.
La idea de Zeballos era quedarse buen tiempo en esa bancada, pero esta terminó disuelta un año después. Luego formó parte de Integridad y Desarrollo y, finalmente, acabó siendo parte de Podemos Perú.
La lista también la integra Héctor Valer. Cuando llegó al Parlamento lo hizo con Renovación Popular, pero fue separado. La razón: demandó respetar los resultados de las elecciones, justo en un momento en que su propio partido denunciaba fraude electoral.
Valer pasó a los no agrupados, luego se sumó a Somos Perú y después se incluyó en Perú Democrático. Finalmente regresó a la bancada somista.
No obstante, no fue la única baja de Renovación Popular. Diego Bazán, Norma Yarrow y María Córdova renunciaron al grupo celeste e integraron Avanza País.
También está Héctor Acuña, que llegó al Parlamento con Alianza para el Progreso (APP), luego formó parte de Integridad y Desarrollo y posteriormente de Unidad y Diálogo. Esta es el último grupo parlamentario registrado por congresistas de distintas tendencias políticas.
Carlos Alva, de Acción Popular, también formó parte de Integridad y Desarrollo, pero ahora es un no agrupado.
En APP también se registraron las salidas de Luis Picón y Gladys Echaíz. El primero terminó siendo parte de Podemos y la segunda de Renovación Popular. Heidy Juárez, en tanto, fue expulsada de la agrupación tras una denuncia de recortes salariales. Pese a ello, Podemos Perú la integró en sus filas.
Kira Alcarraz llegó al Legislativo con Somos Perú, pero ahora es de Podemos.
Asimismo, Juan Burgos, elegido congresista por Avanza País, actualmente es parte de Unidad y Diálogo.
Susel Paredes pasó de la coalición Partido Morado-Somos Perú a integrar Unidad y Diálogo. Flor Pablo, su compañera, si bien fue parte de Integridad y Desarrollo, se quedó después como no agrupada. Ese espacio lo comparte con su colega Edward Málaga.
Luis Cordero, de Fuerza Popular, terminó en Unidad y Diálogo. Su hermana María Cordero intentó hacer lo mismo, pero al haber sido expulsada ya no pudo formar parte de ese grupo.
Esdras Medina pasó de Renovación Popular a Unidad y Diálogo y Katy Ugarte, antes de Perú Libre, acabó en la misma agrupación.
Fragmentación. Es importante indicar que Perú Libre fue la bancada más golpeada por el transfuguismo. Al inicio contaba con 37 integrantes, pero la agrupación se quedó con 12 miembros. Los que quedan en el lápiz son María Aguero, Waldemar Cerrón, Flavio Cruz, Américo Gonza, Isaac Mita, Segundo Montalvo, Margot Palacios y Kelly Portalatino. También se encuentran Wilson Quispe, Abel Reyes, Janet Rivas y Elizabeth Taipe.
Gran parte del resto de perulibristas (25) formaron sus propias bancadas, como el Bloque Magisterial, Perú Bicentenario y Perú Democrático (hoy disuelto). Legisladores como Silvana Robles, Jaime Quito, Alex Flores, Alfredo Pariona y Víctor Cutipa intentaron formar el grupo parlamentario Nueva Constitución Socialista, pero esta no fue aceptada por el Congreso. En tanto, otros quedaron como no agrupados.
ANÁLISIS
Consultada sobre el tema, la analista política Daniela Ibáñez de la Puente cuestionó el hecho.
“Lo que revela es la precariedad de partidos políticos, su falta de cohesión interna y las pocas sanciones que existen hacia las bancadas que se desintegran. Por ejemplo Perú Libre, que se ha desintegrado en varios grupos, incluyendo el Bloque Magisterial, Peru Bicentenario entre otros, sigue recibiendo el mismo financiamiento público asignado en 2021″, resaltó a Correo.
Alejandro Rospigliosi, el experto en temas parlamentarios, indicó que un 30% de congresistas tránsfugas revela que durante campaña electoral fueron oportunistas al inscribirse en el partido solo para postular. Añadió que no hicieron ese trámite por identidad con el plan de gobierno y menos con la cultura organizacional del partido.
“El transfuguismo es una patología muy grave que erosiona la institucionalidad democrática en el sistema de partidos. Es una traición al elector que votó por determinado partido politico”, manifestó
Por su parte, el analista político Luis Benavente dijo que los partidos no han logrado “aglutinar con firmeza” a los miembros que se integran a sus filas.
“Fueron candidatos la mayoría de manera volátil, muy pocos fueron candidatos como consecuencia de una línea de carrera política al interior de los partidos”, opinó.