Sin firmeza ni opinión. La presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, tuvo una posición bastante tibia frente a los graves cuestionamientos que enfrentan algunos altos funcionarios del gobierno de Pedro Castillo.
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Por ejemplo, cuando ayer se le preguntó por el caso del secretario general de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, a quien se le acusa de ejercer presiones en las Fuerzas Armadas (para el ascenso de oficiales recomendados) y en la Sunat (para favorecer a allegados), la premier se limitó a responder: “Es nombrado por el presidente de la República. Es su prerrogativa su permanencia o remoción”.
“Lo que puedo decir es que a mí me consta que el presidente ha tomado en cuenta estas denuncias y está haciendo las evaluaciones correspondientes”, agregó.
COMPLACIENTE
Sobre la permanencia del jefe de EsSalud Mario Carhuapoma, quien designó a un médico investigado por tráfico de órganos como gerente general, Vásquez refirió que eso depende de la titular de Trabajo (Betssy Chávez).
“La ministra nos ha manifestado que estuvieron haciendo una evaluación, han dado una primera respuesta de carácter técnico legal, lo estamos revisando”, dijo.
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En cuanto al ministro de Educación, Carlos Gallardo, a quien el Congreso ha puesto en la mira luego por la filtración del examen para el nombramiento de docentes, la premier aseguró que “el Minedu está procediendo de manera adecuada”.
Vásquez añadió que el proceso en cuestión fue convocado por el gobierno anterior, mientras que la fiscalización estuvo a cargo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
“Es una situación (la filtración) que se repite cada vez que hay una prueba. Es importante tratar de identificar a los responsables”, expresó a modo de justificación.
Finalmente, se refirió a los llamados de atención que -con cartas- formuló a algunos miembros del Gabinete.
“Yo no me siento debilitada. Las cosas nunca funcionan a la perfección, pero de ninguna manera hay un debilitamiento, (...) menos aún una desautorización del presidente”, puntualizó.