Mantenerse hidratado es fundamental para prevenir cuadros de descompensación frente a la ola de calor. El agua es clave para mantener una temperatura corporal adecuada, depurar toxinas y contribuir al óptimo funcionamiento de los órganos.
El doctor Julio Cachay, médico internista de la Clínica Ricardo Palma, señala que un adulto en promedio pierde entre 1.5 y 2 litros de agua al día al respirar, transpirar u orinar. Por regla general, debe consumir esta misma cantidad de líquido para estar correctamente hidratado. Sin embargo, si realiza ejercicio o hace mucho calor puede tomar un poco más, pero sin exagerar.
A pesar del intenso calor que hace, el especialista advierte que, si una persona sufre alguna enfermedad específica como insuficiencia renal crónica debe consultar a su médico de cabecera sobre cuánto líquido puede consumir a diario sin poner en riesgo su salud.
Dicho esto, la hiperhidratación o intoxicación por agua existe y, en el peor de los escenarios, puede ocasionar daños muy graves al organismo como convulsiones, coma e incluso la muerte. En casos leves, puede provocar náuseas, dolor de cabeza y confusión esto ocurre porque hay un desequilibrio de agua y sodio en el cuerpo.
A TOMAR EN CUENTA
Aunque las altas temperaturas invitan a consumir bebidas heladas o casi congeladas, lo ideal es tomar agua o infusiones a temperatura ambiente. Muchas veces los líquidos fríos generan un efecto contrario y dan más calor. Evite tomar bebidas azucaradas o con alcohol, éstas últimas pueden provocar cuadros de deshidratación. No espere a tener sed para beber un sorbo de agua, puede hacerlo cada 20 o 30 minutos.
Recuerde, mantenerse bien hidratado no solo es esencial para el óptimo funcionamiento de los órganos, también tiene un impacto directo en nuestra concentración, bienestar y salud.