El ejercicio excesivo, la tensión en alguna zona de nuestro cuerpo o una mala postura pueden provocar un espasmo muscular doloroso o llamado también calambre muscular, pero quien no ha sido víctima de este doloroso proceso alguna vez.
Frank Ruiz, especialista en fisioterapia del Instituto Daniel Alcides Carrión, asegura que los calambres musculares causan una sensación dolorosa que, aunque son soportables, son desagradables. Sin embargo, sí pueden prevenidos y tratados.
“Existen algunas maneras de evitarlos o prevenirlos. Las causas están relacionadas con un sobre esfuerzo muscular por alguna comprensión nerviosa, problemas de irrigación sanguínea, embarazo y, según últimas investigaciones, por desequilibrio de líquidos y electrolitos como magnesio, potasio o calcio en el cuerpo”, explica la especialista, quien nos brinda recomendaciones puntuales que podemos seguir:
- Mantener un nivel de hidratación óptimo. Esto además mantiene saludable a nuestro organismo. Recordemos que aproximadamente debemos ingerir tres litros de agua al día.
- Mantener un nivel de electrolitos balanceados mediante una alimentación balanceada.
- Dedicarles tiempo a las rutinas de estiramiento antes de realizar ejercicios.
- Descanso óptimo tras nuestra rutina de ejercicios para que nuestro cuerpo se recupere.
- Si somos principiantes, lo mejor será seguir un aumento progresivo de la intensidad de nuestros ejercicios durante los entrenamientos.
¿Cómo tratar los calambres?
Como información adicional, el especialista en fisioterapia menciona algunas formas de calmar los calambres musculares una vez que se presenten:
- Calentar la zona lentamente con masajes suaves y prolongados.
- Estirar de manera suave y lenta el músculo.
- Baño con agua tibia para relajar los músculos.
Frank Ruiz recomienda ir a un especialista si surgen complicaciones como calambres muy frecuentes de fuerte intensidad, tiempo prolongado del dolor, inflamación y debilidad muscular luego del espasmo. Asimismo, indicó que “algunas personas, debido a su edad o su condición, pueden ser más propensas a presentar calambres, como los adultos mayores, personas con sobrepeso, atletas de alto rendimiento, mujeres embarazadas y personas con enfermedades neurológicas y tiroideas”.