Ansiedad, depresión, sueños pandémicos e incluso conductas de agresión, gritos, psicosis y otros problemas de salud mental se viene evidenciando cada vez más en los peruanos producto del encierro para evitar el COVID-19.
Hace unos días se volvió viral un video en las redes sociales que despertó indignación en los usuarios, la actriz Danna Ben mostró cómo el expresentador de televisión, Jaime Cillóniz, la retuvo por 15 minutos en un ascensor y le reclamó con insultos por, según él, entrar a su departamento en Miraflores.
Para el psicoterapeuta Manuel Saravia, director del Instituto Gestalt de Lima, este es un claro ejemplo de las “huellas” psicológicas que está dejando el confinamiento en la población. Y que, según las cifras del Ministerio de Salud, de un 20% se agravaron a un 70% los problemas mentales en el 2020.
En este sentido, el experto explica que si tenemos familiares o amigos que muestran cambios de temperamento como volverse más agresivos, retraídos, lloran por cualquier causa y se deprimen constantemente, primero, hay que buscar ayuda con un especialista. Evitar darles fármacos que agraven su situación o confrontarlos con insultos que puedan llevar a desencadenar problemas más graves de salud.
Pero ¿cómo actuar si estás frente a una persona con problemas mentales? Saravia relaciona a la empatía como la principal arma para frenar este mal silencioso.
“Si me encuentro con un vecino o una persona extraña que no está lúcida y piensa que lo vamos a agredir, nosotros debemos minimizar la situación y tratar de calmarlo, sin exponernos obviamente”, indica. Otra opción es animarlo o ayudarlo a regresar a casa, pero sin tener contacto y hablar con su familiar cercano para que el paciente empiece una terapia y controle sus propios impulsos.
SEÑALES. Para la psiquiatra Giovany Rivera del hospital Víctor Larco Herrera, las primeras alarmas que presentan las personas que sufren de problemas mentales son los síntomas afectivos (tristeza, miedo, ansiedad, timidez y desconfianza) y del comportamiento (conducta agresiva, abuso de sustancias e incapacidad para realizar algunas actividades). “Los que más vienen padeciendo estas actitudes son los adultos mayores, porque estaban acostumbrados a darse una vuelta cerca de casa, conversar con algún amigo o recibir visitas de sus hijos y nietos, lo cual ha cambiado por la pandemia”, precisa. La experta menciona, además, que los que menos han sufrido este cambio brusco (confinamiento) son los adolescentes o adultos, porque la tecnología por el propio teletrabajo o clases remotas los ayudó a estar conectados con el mundo exterior. Exhortó a las personas a tener paciencia y evitar una confrontación en un elevador, en un espacio público o cerrado porque el solo hecho de discutir podría alterar el sistema nervioso y desencadenar episodios lamentables.