En un emotivo acto de conmemoración y renacimiento, el Centro de Acogida Residencial (CAR) San Vicente de Paúl se transformó en un santuario de recuerdos, donde las cenizas de los abuelitos fallecidos en sus instalaciones se han convertido en abono para semillas de esperanza y vida.

La directora del albergue, Maribel Bello Merlo, informó que el ‘jardín de las memorias’ fue cuidadosamente diseñado y plantado con la participación de los abuelitos quienes conocieron a sus compañeros en vida y, a partir de la fecha, servirá como un lugar de reflexión y conexión. “Cada planta, cada pétalo, lleva consigo la historia y el legado de aquellos que una vez llamaron a este albergue su hogar”, señaló Bello Merlo.

Los cuerpos convertidos en cenizas de Gregorio, Godofredo, Francisco, Eduardo, Juan y más abuelitos, que fallecieron y fueron cremados en el Cementerio General de Huancayo de la SBH terminaron siendo parte de la siembra que inició con una liturgia.