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Las viviendas del barrio Villa Mantaro en Pilcomayo fueron atacadas y saqueadas. Las mujeres y niños vivieron una noche de terror luego de un enfrentamiento con disparos, ondas y cohetones que dejó como saldo un muerto y más de una decena de heridos. Todo ocurrió la noche del viernes y madrugada de ayer.

Lo que se temía el día anterior se cumplió, muy temprano los serenos de Huancayo, daban cuenta del hallazgo de un cadáver, varios kilómetros abajo del río Mantaro. El cuerpo de Mario Martín Turco Soto (65) yacía boca abajo en el río Mantaro en el barrio Santa Rosa en Huamancaca Chico. La viuda Rosa Mendoza Fernández lloraba desconsolada. “El padre de mis 6 hijos encontró la muerte por una pedazo de tierra”, reclamaba la mujer. El huancavelicano se puso una frazada en la espalda y salió apresurado de casa para posesionar un terreno en el sector Tinco que les vendió una mujer de nombre Rubila a solo 300 soles, como a más de 80 personas que fueron desalojadas por la fuerza y con quienes se produjo un enfrentamiento descomunal.

HERIDO DE BALA. Otro herido del enfrentamiento que se salvó de morir es Mario Huaricapcha Gallardo (43), quien recibió un impacto de bala por arma de fuego en el hombro. A las 02:30 horas los agentes del Escuadrón de Emergencia, lo evacuaron al hospital Carrión, donde no fue atendido porque le exigían pagar por una placa de rayos X y le decían que tenía seguro, manifestó su esposa Nelida Carhuamaca Santamaría (43) que junto a los policías enrrumbaron al hospital de EsSalud, donde se recupera.

DESCONFIADOS. Mientras tanto en el barrio Villa Mantaro, los vecinos no durmieron, esta morada de residentes huancavelicanos, fue un polvorín. En la madrugada, Herlinda Soto Ataypoma, escuchó los aterradores gritos de sus hijos pequeños cuando al segundo piso de su vivienda, lanzaron piedras, que les impactaron a sus pequeños y no sabían donde esconderse.

En la casa de Félix Crispín, fue peor los matones golpearon con comba la ventana metálica e ingresaron por asalto, se llevaron un televisor, 5 mil soles que tenían guardados, un colchón y las frazadas de su cama. Su esposa quechuahablante, solo lloraba con un bebé en la espalda.

Mientras tanto decenas de chozas de posesionarios que compraron esos terrenos a 300 soles ardían en la oscuridad. Mientras que las detonaciones de cohetones e impactos de bala no cesaban hasta las 3 de la madrugada. La policía permanecía amurallando el ingreso.

Al amanecer, los vecinos estaban desconfiados y no dejaban ingresar a los desconocidos. En el camino aún quedaban los restos de las llantas quemadas. Muchas de las viviendas tenían las ventanas rotas, ya que fueron apedreadas por una turba de presuntos traficantes de terrenos. Los moradores decían que la gente que ocupó el terreno del sector Tinco querían cobrarles cupos por ingresar a su barrio, este fue el detonante para el enfrentamiento, acotó el herido, Augusto Taype

Una fiscal acudió al barrio Mantaro para constatar los daños a las viviendas y los pobladores, le entregaron casquillos de bala que cayeron a sus viviendas, además de cuchillos y explosivos, botellas de cervezas y hasta pipas de marihuana. La policía resguarda la zona por el riesgo a nuevos enfrentamientos. Mientras se veía a algunos pobladores practicando el tiro con honda.

El terreno del sector Tinco está en juicio, pese a ellos quienes pelean la propiedad vende a los pobres y acaban mal.

“Una piedra me cayó a la altura del riñón, cuando estaba en la puerta de la escuelita Ramiro Prialé, luego 4 hombres me golpearon, me querían matar, mi tío corrió a salvarme sino no estaría aquí contando qué pasó”, indicó el herido Isaí Taype Breña