Propongo a los organizadores de eventos en el Perú que titulen uno al menos con la palabra “ATREVERSE”, como una inspiración para reformular todo aquello que anda mal o funciona de manera ineficiente, con la seguridad de quien cree en una alternativa y el coraje de quienes no temen enfrentar las dificultades y barreras para derribarlas y construir algo mejor.
Atreverse a limpiar de corrupción y generar eficiencias en la Policía y el sistema judicial, atreverse a ordenar el caótico sistema de transporte, atreverse a identificar y sancionar a los funcionarios corruptos e ineficientes, atreverse a simplificar los procedimientos para aumentar la velocidad del gasto y las inversiones, emprendimientos y actividades productivas, atreverse a hablar con o sin micrófono de los medios con la misma verdad, atreverse a ir contracorriente, a aquilatar opiniones discrepantes sin enemistarse ni defender hostilmente un punto de vista, atreverse a sumar los criterios de uno con los del otro sin anularse y, especialmente, atreverse a innovar en las escuelas peruanas para tomar distancias de lo que no funciona a satisfacción y abrir el espacio a infinidad de experiencias innovadoras de las cuales todos pudieran aprender.
Estoy seguro que los lectores de esta columna podrían encontrar muchas otras expresiones para completar que empiecen con “atreverse a…”. Lo común a todos sería la puesta a prueba de cuán valientes o cobardes somos los peruanos para enfrentar nuestros problemas, y cuántos merecimientos tenemos para vivir en una sociedad articulada y eficiente, generadora de bienestar común.