En los últimos días se habló mucho del delicado trabajo que realizan, en primera línea, contra el Covid 19: médicos, policías, militares, agricultores y comerciantes, garantizando se cumpla el aislamiento sanitario en el Perú, y que debe concluir este domingo 12 de abril, siempre y cuando se controle el avance de esta enfermedad mortal. Sin embargo, por las condiciones actuales y recogiendo un tuit: “así como van las cosas, con esta cuarentena nos vamos hasta el 28 de julio”. Quiera que no sea así y no vivamos una semana dolorosa y de real vía crucis.

Existe otro grupo de personas, quienes en estos tiempos de cuarenta son verdaderos héroes anónimos y que, silenciosamente, cumplen su trabajo de alto riesgo. Todos ellos, cada día, desde que se levanta el toque de queda a las 5 de la mañana, recorren con carritos recolectores, compactadoras y escoba en mano para recoger toneladas de basura que hay en calles o en tachos existentes en esquinas de calles, avenidas o parques.

Una labor de sacrificio y quienes también, como otras personas, deberían acceder a bonos económicos de reconocimiento. Sin ellos, nuestro barrio, distrito o provincia estarían expuestos a otro tipo de contagios, una tropa de miles de obreros de limpieza que tienen como únicas armas sus implementos.

El recojo de basura, hoy en día, es un servicio indispensable como el que dan otras personas en tiempos de cuarentena, donde la limpieza no puede flaquear y ponerse en riesgo.

Pensemos en estos miles de héroes anónimos que son como nuestros ángeles de la guarda.