Vi en TED la conferencia de Manu Prakash, profesor de Bioingeniería de la U. Stanford, cuyo equipo diseñó el Foldscope, un microscopio hecho de papel descartable que vale 50 centavos de dólar. Se dobla como origami y permite detectar las infecciones y enfermedades parasitarias más comunes del mundo en desarrollo (malaria, chagas, TB, giardiasis, etc.). Puede usar una lámina de vidrio estándar (75x25x1 mm) o de plástico que viene en el mismo kit. Con centavos resuelve masivamente el problema del diagnóstico certero.

Este es un excelente ejemplo del diseño de soluciones que parten por cambiar el sentido de la pregunta. En vez de ¿cómo abarato y hago más accesibles a los pobres los microscopios de miles de dólares ya existentes?, se pregunta ¿cómo, con menos de un dólar, puedo crear un instrumento al alcance de todos y que cumpla las funciones de detectar las enfermedades que afectan a millones?

El Perú necesita ese tipo de capacidad de pensamiento creativo e innovador. Un Ministerio de Educación, que en vez de preguntarse cómo subir unos puntitos cada año los resultados nacionales de las pruebas ECE de 2do grado (que andan en 15% en matemáticas y 35% en lectura), se desafíe con la pregunta cómo actúo sobre los factores existentes de modo que los alumnos obtengan 100% de logro en la ECE. Lo mismo en salud para la desnutrición crónica y anemia infantil: preguntarse cómo las llevamos a cero en dos años.