GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

¿Cuál es la probabilidad de que de los aproximadamente 80 cursos que llevan en 10 semestres en los ISP o facultades de Educación los estudiantes hayan llevado al menos tres cursos con algún catedrático de vanguardia? Bajísima. Hay dos tipos de catedráticos que están en la frontera del conocimiento: los que se dedican a la investigación (que son contadísimos, porque en el Perú no se investiga mucho) y los profesionales que trabajan en instituciones innovadoras. Lamentablemente la mayoría de los catedráticos de tiempo completo no viven la cotidianidad escolar y ciclo a ciclo dan vueltas a sus apuntes con alguna renovación ocasional en sus lecturas.

Los profesionales así formados, si se convierten en funcionarios ministeriales no sienten la pasión por la innovación. Si se convierten en docentes de aula, lo hacen cargados de aprendizajes librescos poco conectados con la innovación, más aún si tienen encima directores que no estimulan las iniciativas innovadoras. Por eso en América Latina la innovación educativa usualmente no nace de las facultades de Educación ni de los ministerios de Educación que prefieren lo convencional. La innovación viene de las instituciones educativas que se atreven a innovar por su propia iniciativa. Por ello es que el rol de los ministerios debería ser el de crear condiciones de autonomía para alentar la innovación y poner en vitrina a las instituciones públicas y privadas que hacen innovación para que los demás se inspiren y hagan sus propios intentos innovadores. Ese es el rol que el Minedu debería jugar para alentar la innovación.

TAGS RELACIONADOS