Mientras la Bolsa de Valores china cae estrepitosamente contagiando al resto de países emergentes, entre ellos el Perú, no nos queda más que enfrentarnos a nuestra cruel realidad. Si bien en los últimos años hemos sido conscientes de nuestras limitaciones como país en cuanto a la debilidad institucional que enfrentábamos, reconocíamos el impresionante crecimiento económico que experimentábamos como algo positivo. Este era el escenario cuando lo de la gran transformación y la hoja de ruta. Cuando las agendas aún no se perdían y su dueña dibujaba corazoncitos en ellas con ojos de Rico Mc Pato.

Como la pareja presidencial llegó al poder creyendo que el crecimiento económico estaba garantizado, dejaron de lado la implementación de políticas públicas adecuadas que mantuviesen el crecimiento y que facilitasen la inversión privada y la seguridad. El ruido político que generaron los dos aventureros y claro, la incapacidad demostrada lograron que los empresarios perdieran la confianza y las trabas burocráticas se encargaron de limitar la inversión pública. Todo lo anterior, sumado a factores externos, derivaron en el magro crecimiento económico 2014 y lo que va del 2015.

Mientras la desaceleración económica comienza a sentirse y nos enfrentamos al riesgo de que aquellos que salieron de la pobreza puedan caer nuevamente en ella, los temores sobre la magnitud del fenómeno El Niño se confirman. Y mire usted la incapacidad del gobierno nacionalista, el ministro encargado de coordinar todas las acciones de prevención del gobierno ante El Niño, Juan Benites, no pudo responder ante la Comisión de Agricultura al no estar “preparado”. Sí, así mismo lo dijo.

Hace un par de semanas yo preguntaba: “¿Qué es lo que ha hecho el Estado para prevenir los efectos devastadores de un Niño extraordinario?”. Hoy tenemos la respuesta: nombrar a un ministro incapaz de explicarse ante el Congreso.