Existen personajes en nuestra industria del entretenimiento, de las que pensamos, tendrán una existencia eterna, que en nuestro imaginario son atemporales, y además, hasta las calificamos de invencibles. Yolanda Piedad Polastri Giribaldi, es una de ellas, o mejor llamémosla Yola a secas, esa mujer que hace 50 años llegó a la televisión para darle a los niños, ese mundo que ella les tenía preparado.

La eterna “chica de la tele”, tiene al país en vilo desde que se supo que había sufrido un infarto cerebral y que se encuentra internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica local. La noticia generó lo que pocos consiguen, el sentimiento de inquietud, pesar y preocupación de millones de peruanos que la sienten como un miembro más de su familia, ese privilegio es de pocos y Yola Polastri puede presumir de ello.

Meterte en el corazón de la gente no lo consiguen todos, hay muchos que por más esfuerzo que pongan, y dinero que inviertan, se quedan a la mitad del camino; que todo un país esté pendiente de ti es que ya trascendiste y ocupas  el lugar de leyenda.

Polastri tiene esa merecida recompensa por toda una vida dedicada a la televisión, pasó a la historia por haber apostado a a elevar el nivel de un contenido televisivo para los niños. Yola la de los temas clásicos que hoy cantan los cincuentones, Yola la del programa que soprendia por sus videos y producciones que se adelantaban a la época, Yola, la que no hacía distinción y convocaba a niños que en otros programas dejaban siempre de lado, todo eso y más es ella.

La trayectoria de la entrañable artista le  otorgaba esa autoridad para señalar lo que le desagradaba de los nuevos tiempos y de los contenidos que se emiten en la pantalla chica dedicado a los niños; tampoco tuvo pelos en la lengua para opinar sobre las nuevas animadoras que aparecieron luego de ella, ninguna estaba a su altura. Esa también es Yola.

Mientras, ella junta todas sus fuerzas para vencer esta nueva batalla que le sale al frente, “sus exburbujitos” rezan por su salud, su familia prefiere la discreción en torno a informar cómo va su evolución y el país aguarda expectante cualquier noticia relacionada con ella. Yola Polastri sabe que  una nación la espera, porque siempre ha asegurado que aún tiene mucho para dar. Larga vida para ella.