Muchas veces me he preguntado cómo se educarían nuestros niños si es que no existiera el Minedu. Ocurre que todos los ministerios tienen responsabilidades educativas, algunas más directas que otras, como el Ministerio de Trabajo, Producción, Inclusión, Interior, Defensa, Salud, Justicia, PCM, sin embargo su acción es débil y bastante poco coordinada porque cada uno defiende sus prerrogativas sectoriales y a la vez depositan en el Minedu la responsabilidad de todo lo que suene a educación. Sin Minedu todos estos ministerios se verían obligados a ser más protagónicos y coordinarse bajo el paraguas de la PCM para realizar los objetivos de la educación peruana.

Me pregunto si esa coordinación y potenciación de quehaceres educacionales de los sectores puede hacerse sin eliminar al Minedu sino bajo su liderazgo (dándole preeminencia sobre los otros ministerios en los temas aludidos), y si para la atención integral de la infancia no tendría más sentido tener una autoridad nacional por la infancia que dependiendo de la PCM sea la gran integradora de todos los esfuerzos sectoriales por lograr que nuestra infancia de 0 a 8 años esté sana, nutrida, bien estimulada y alfabetizada.

La presente campaña electoral es una buena oportunidad para imaginar un Estado más funcional, cuyo principal enemigo es la existencia de ministerios que se ven a sí mismo como pares cuando hay temas en los que unos deben tener preeminencia sobre otros.

¿Se atrevería algún candidato a reformular las funciones ministeriales para hacer de la infancia y la buena educación la prioridad nacional?