Me sorprendió gratamente una noticia procedente de Singapur, país al que le va tan bien en las pruebas de conocimientos escolares internacionales, cuyo viceprimer ministro Tharman Shanmugaratnam reconoce que hay un déficit de creatividad en los estudiantes de su país (similar a Sur Corea).

En un diálogo durante la conferencia SG50 + organizada por el Instituto de Estudios Políticos, declaró que han logrado un buen nivel de aprendizaje escolar y con ello aumento de la movilidad social de sus alumnos, pero ven la necesidad de evolucionar para estimular la innovación y crear un sentido de individualidad entre los habitantes de Singapur. La individualidad alude a identificar las particularidades de cada individuo para dejar un juego libre a su mente y potenciar sus talentos y capacidades diferenciales, cosa que no ocurre en un sistema que apunta a la homogeneidad de los alumnos sometidos a una competencia continua por superarse en el rendimiento de pruebas. En sociedades meritocráticas “calzar con las expectativas del evaluador” importa más que hacerlo con las propias.

Con inteligencia dijo que ahora no se trata de resolver qué le añadirán al sistema educativo sino qué le quitarán, lo que requiere de coraje dado que hay un consenso de que la cosa anda bien como está, incluso en pruebas internacionales.

Tharman también quiere dar tiempo para experiencias extracurriculares que ayuden a reflexionar, explorar y construir un sentido de comunidad desde las diferencias y no desde la igualdad. (Singapore: Education system ‘has to evolve’ to spur creativity, Ng Jing Yng, 4/07/2015)

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