“¡Quiero que mi hijo sea feliz!” es una expresión que repiten una y otra vez los padres de hoy. De allí que vale la pena preguntarse si eso es lo mejor para el futuro bienestar de su hijo y la comunidad o, en cambio, lo es aprender a tomar responsabilidad por otros.

A contrapelo de lo que podría decir el sentido común, el psicólogo de Harvard Richard Weissbourd ve un problema en el hecho que en un estudio que hizo, el 80% de los niños dijo que a sus padres les preocupa más sus logros personales y felicidad que su capacidad de ser empáticos y responsables con los demás (Teaching empathy: What kind of parent are you?, Amy Joyce, February 4, 2014).

Pero cuidado. Focalizarse solo en el bienestar de sus hijos sin el debido balance social hace que ellos también se enfoquen en sí mismos, en vez de hacerlo en los demás, lo que lleva a conductas sociales nocivas como a deshonestidad, falta de respeto y crueldad. En vez de preocuparse, por ejemplo, porque un alumno nuevo no se sienta solo, se preocupan solamente por aprobar sus exámenes.

Cuando los niños son empáticos y toman responsabilidad por otros porque sienten que es lo correcto, tienen más probabilidades de establecer mejores y más duraderas relaciones durante toda su vida, ingredientes esenciales para el éxito y la felicidad.

Weissbourd aconseja a los padres: 1. Recuerden que son modelos para sus hijos 2. Dejen de centrarse en sus sentimientos y conversen sobre las acciones en relación a los demás. 3. Dosifiquen las alabanzas para evitar que sean autocomplacientes.4. Hagan cosas por otros y practiquen lo que predican.