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Teresa Ávila Rivera pertenece ahora a la Iglesia evangélica. La hermana de una de las víctimas del caso Madre Mía ha buscado allí la paz debido al torbellino de malos recuerdos que la acechan. En esta entrevista con Correo, una de las últimas que podrá ofrecer a la prensa, incrimina directamente al expresidente , conocido en 1992 como el “Capitán Carlos”, y lo responsabiliza de la desaparición de su hermana y su cuñado, Benigno Sulca. El viernes, la Fiscalía reabrió el caso, por el que clama justicia.

¿Cómo ocurrieron los hechos? 

El Ejército sacó de su casa de Pucayacu a mi hermana Natividad Ávila y a su esposo Benigno Sulca. También a mi hermano Jorge Ávila, el 17 de junio de 1992. Mi hijo me avisó que los habían detenido y llevado a la Base Madre Mía, en Tocache, a treinta minutos de nuestro poblado. Cuando fui a reclamar al “Capitán Carlos” (Ollanta Humala), este me dijo que una columna subversiva los había agarrado, pero era mentira.

¿No tenía miedo?

Empecé a buscar a mi hermana. No tenía miedo, ni a los terroristas ni al Ejército, a pesar de que los dos grupos amedrentaban a los pobladores.

¿Cómo se enteró del secuestro? 

Porque mi hijo vino y dijo que a mi hermana la habían matado y fui a preguntar a la base y unos soldados me dijeron que habían visto que sí, la habían matado y arrojado su cuerpo al río Huallaga. Nos dijeron dónde.

¿Y qué hizo? 

Fuimos al lugar y cuando llegamos había un charco de sangre y rastros de que habían arrastrado los cuerpos. Lo que pasaba era que mataban a la gente y arrojaban sus cuerpos al río Huallaga. Decidí contratar un bote para buscar el cuerpo de mi hermana y mi cuñado, pero solo encontré a mi cuñado.

¿Pidió ayuda? 

Sí, a los botes plataneros, ellos también tenían miedo. Tanto les rogué y uno de los señores nos llevó río abajo por Yanajanca y alrededores. Entonces, al ver que no encontraba sus cadáveres, nos estábamos regresando. En eso veo en el centro del río Huallaga un palo largo y que algo se movía. Fuimos para allá y era el cuerpo de alguien.

El yerno de mi hermana y el señor del bote le dieron la vuelta y en eso identifico que era mi cuñado, porque él tenía el dedo medio con la uña negra y a pesar de que habían pasado días, la uña se mantenía negra, por eso lo reconocí. Estaba amarrado en las muñecas con tiras hechas de ropa de militar. Pero no pude buscar a mi hermana porque comenzaron a patrullar el río y lanzaban disparos. Era el Ejército.

¿Y qué buscaba el Ejército? 

Se había escapado mi hermano Jorge Ávila y lo buscaban en el río.

¿Después de cuántos días? 

Después de cuatro días. Estábamos con temor de que si nos encontraban, correríamos la misma suerte.

¿Y qué hicieron con el cuerpo de su cuñado? 

Le dije al yerno de mi hermana que se vaya y que al día siguiente regresara para pasar (el cuerpo de Benigno) a Pucayacu y le dije que si no podía hacerlo, que lo enterrara. Así que cubrieron el cuerpo, el señor del bote y mi familiar, con sábanas y hojas de plátano.

¿Lo enterraron? 

No, por la crecida del río Huallaga, el cuerpo se perdió cuando su yerno fue a recuperarlo.

Luego de los hechos, ¿encaró a Ollanta Humala? 

No, porque tuve miedo y ya no me acerqué a la base. Pero lo encaré en la Fiscalía. Dijo que no me conocía, pero yo lo reconocí y le dije: “¿No recuerdas que te pregunté por mi familia en la madrugada? Me diste medio paquete de galletas. Te dije que dejaras viva a mi hermana, no la mates y si vas a matarla, entrégame su cuerpo”.

¿Y él qué respondió? 

“Lamento mucho lo de su hermana, señora, usted está sufriendo”, me dijo. Me dio tanta cólera su mentira...

¿Usted identifica plenamente a Ollanta Humala como el “Capitán Carlos”? 

Claro que lo identifico, él es. ¿Cómo me voy a olvidar su cara, si hemos conversado frente a frente?

¿Qué le parecen estas evidencias de los audios que habían estado ocultos y que revelan que hubo compra de testigos? 

Me parece que ningún crimen es perfecto y tengo esperanzas de que puedan hacer justicia.

¿Nadine Heredia ha tratado de comunicarse con usted en algún momento?

No, nunca.

¿Cómo es actualmente su relación con su hermano Jorge? 

En su momento, cuando él recibió la plata para cambiar su versión, tuve ira, me dolió bastante que haya padecido todo eso y que cambie; que deje la muerte de mi hermana impune.

¿Lo encaró? 

Sí, me dijo: “Tú sigue para adelante, no des tu brazo a torcer”.

Ahora sabe que su silencio costó 4500 dólares… 

Bueno, seguirá con la conciencia intranquila, se le habrá terminado el dinero o se sentirá acorralado, también se puede pensar eso, pero no le guardo rencor. Él es mi sangre, siempre voy a estar con él, siempre seremos hermanos, no hay nada que nos pueda separar por el hecho de que tal vez han llegado a él en un momento en el que no ha tenido recursos económicos.

¿Ha recibido amenazas después de los audios? 

Yo no, pero mi sobrina (hija de mi hermana Natividad) sí. Le dijeron que nos íbamos a fregar. Fue cuando grabamos a Rubén Gómez. Él decía que yo aceptara los 20 mil dólares porque no querían que llegara el caso a la Fiscalía. Yo les dije que era problema de ellos y que las cosas eran claras porque yo quería saber quién estaba detrás de ellos, y era Amílcar Gómez Amasifuén.

¿Tiene resguardo de la Policía? 

Sí, ahora mi familia lo tiene.

Si tuviera enfrente a Ollanta Humala, ¿qué le diría? 

Que no mienta, que acepte lo que ha hecho. Él dice que no ha matado, que no tiene que ver con los desaparecidos. Pero si en ese tiempo él era el jefe máximo de la Base Madre Mía, si en sus manos estaba la vida de mi familia. Él carga con la mayor culpa por haber mandado a sus militares (a matar).

¿A las autoridades judiciales qué les diría? 

Que no les tiemble la mano para hacer justicia, porque para eso ellos han sido elegidos. Dios los ha puesto (en este caso) para que el pueblo tenga confianza en ellos, no como los anteriores fiscales y jueces.

¿Cree que ahora habrá justicia para Natividad Ávila y Benigno Sulca? 

Ojalá, pienso eso y le pido a Dios que todo salga a la luz. Porque a veces he visto que a los magistrados los amenazan y por eso renuncian.

¿Cree que los audios abrirán el camino de la justicia? 

A la luz de los audios… son evidencias claras. En su tiempo yo grabé e hice llegar tanto a los periodistas como a la Fiscalía que se estaban comprando testigos. De mi hermano (Jorge Ávila), que fue comprado, también hay evidencias, y nos han decepcionando las autoridades porque no hicieron justicia. Es para pensar.

¿Cree que ahora sí funcionará la justicia con el caso Madre Mía? 

Yo no soy preparada, no tengo estudios, pero me doy cuenta hasta dónde llega la justicia. Y ahora lo que quiero es que a los nuevos jueces y nuevos fiscales que no les tiemble la mano, que hagan justicia por primera vez para que el Perú tenga confianza en las autoridades y que no quede impune la muerte de mi hermana Natividad y su esposo Benigno.

"ASÍ COMO VENÍAN LOS TERRORISTAS TAMBIÉN VENÍA EL EJÉRCITO"

Madre de familia y hermana de Natividad relata que estaban entre dos fuegos 

¿Cuándo se enteró que Ollanta Humala era candidato presidencial que fue lo que vino a su mente? 

Cuando lo vi como candidato dije ‘este es el Capitán Carlos’. Y yo no sabía que mis sobrinos habían puesto una denuncia ante la Comisión de la Verdad por la desaparición de sus padres.

¿Por qué se produjo la detención de su hermana y su esposo? 

En ese tiempo, el Capitán Carlos decía que ellos eran terroristas. Y me dijo a mí que mi familia era una lacra. Yo en ese tiempo no sabía hasta qué extremo habían colaborado con el terrorismo porque todo el mundo en esos años que estaba golpeando la subversión en la selva, todos salían a las reuniones y nadie sabía a quien apoyar. Así como venían los terroristas, también venía el Ejército y los dos grupos ingresaban armados.

¿Esas reuniones eran voluntarias? 

No. Yo también participé de varias reuniones porque me sacaban de mi casa, inclusive de la cama. Yo tenía cuatro hijos y salía por miedo, no porque era terrorista. No estaba de acuerdo con ningún grupo ni con los terroristas ni el Ejército.

¿Que hacían los terroristas? 

Bloqueaban las pistas, derrumbaban los puentes.

¿Y el Ejército? 

Sacaba a la gente (de sus casas) para que los pobladores votaran si eran terroristas o no. Era algo que no me gustaba. ¿Por qué a todo el mundo tenían que tildarnos de terroristas? Sí teníamos miedo, por eso la gente tenía que salir a las reuniones.

¿Sabe de algunas otras personas que hayan desaparecido durante esa época? 

Desaparecían muchas personas. Se veían bajar (los cuerpos) por el río (Huallaga), muchas personas muertas. No se sabía si habían sido (ejecutados) por el Ejército o los terroristas porque los dos (grupos) mataban. (Ellos) desaparecían a la gente.

¿Ustedes recibieron ayuda de alguna ONG, en qué quedó esa ayuda? 

Bueno, la ONG nos brindó asesoría legal hasta el final.

¿Presentaron un documento ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos? 

No le podría informar de eso porque estábamos decepcionados de las autoridades. Tanto de la justicia, porque los jueces tenían las pruebas; los fiscales igual, para no archivar sino llegar a la verdad hasta donde llegó el asesinato de mi hermana y su esposo. Y para mí y los hijos de mi familia, ellos nos han decepcionado. Justicia no hay para el pobre, solo para quien tiene plata por eso no quisimos saber nada más.

¿En algún momento el abogado Eduardo Roy Gates se ha tratado de comunicar con usted para ofrecerles algo? 

De repente (a través de) un intermediario. No estoy segura.

¿Quién llegó? 

Rubén Gómez y hasta nosotros llegó Amílcar Gómez Amasifuén.

PERFIL

Teresa Ávila Rivera

Pobladora de Pucayacu, región Huánuco

Denunció la desaparición de su hermana Natividad Ávila y su esposo Benigno Sulca. A la primera nunca la encontró y al segundo lo halló muerto en el río Huallaga.

CIFRAS

1992 año en que fueron detenidos Natividad Ávila y Benigno Sullca

2010 fue presentado la demanda por el caso Madre Mía ante la CIDH

25 años lleva sin resolverse el caso Madre Mía