Algo tan inocente como tocar una estatua o una pintura antigua pone en riesgo la integridad de la historia, la cual está compuesta de los vestigios que perduran en el tiempo. Zahi Hawass, reconocido arqueólogo egipcio, cuenta a Correo parte de las investigaciones en las que se encuentra embarcado.
¿Por qué es importante la arqueología y la historia en general en un mundo en el que la gente está más preocupada por lo instantáneo?
La arqueología es acción, es la emoción por descubrir algo que ocurrió hace cinco mil años, como es el caso de Egipto, donde todo el mundo sabe sobre las momias, pirámides, el rey Tutankamón y la esfinge. En la actualidad, la gente sigue hablando sobre cómo las pirámides fueron construidas y cómo todavía hay tumbas secretas dentro de ellas. El descubrimiento de la tumba de Tutankamón hizo que muchos niños se hicieran arqueólogos, porque querían ser como el descubridor de la tumba. Por todo esto, la arqueología es muy importante.
¿Cuáles son los sitios históricos que están en peligro de extinción y que ameritan la mirada de la arqueología?
Si seguimos tratando los monumentos como lo hacemos hoy en día -el turismo masivo- que toca las tumbas, en mi opinión, todo podría estar perdido en los próximos 100 años. Tenemos que empezar a trabajar en gestión de sitio para encontrar un punto medio entre el turismo y la preservación de los restos arqueológicos. Hacer, por ejemplo, que los turistas que regresen al sitio no usen cámaras o flashes en las tumbas, que los guías no expliquen dentro de ellas, proteger el sitio de los daños del clima, crear un centro para visitantes con información. Hay muchas cosas por hacer para preservar estos atractivos.
¿Cuáles son los retos de la arqueología hoy en día?
Creo que los más importantes son la restauración y la conservación. La gente siempre trata de extender la cantidad de descubrimientos, pero tenemos que concentrarnos en la preservación, la gestión de sitio, la conservación. Es muy importante preservar los monumentos antes de que se pierdan por completo.
Había una especie de controversia respecto a la tumba de Nefertiti, que era imposible que estuviera detrás de la de Tutankamón, ¿cómo va la investigación al respecto?
Esa es una teoría hecha por un investigador inglés. Él cree que detrás de las paredes de los lados Oeste y Norte de la tumba de Tutankamón está la de Nefertiti, y yo soy el único que objetó esta idea porque no hay forma de que Nefertiti, quien rendía culto al dios Atón, esté enterrada en un área conectada con el dios Amón. Un equipo de japoneses usó un radar en la tumba, y llevé esa lectura a un experto norteamericano, quien me dijo que no mostraba nada. La National Geographic patrocinó otra lectura de radar y tampoco salió nada. Pero en setiembre vamos a usar un tercer radar con un equipo italiano, que nos dará la respuesta. Sin embargo, no creo que Tutankamón haya bloqueado otras tumbas antes de ser enterrado ahí mismo. Estoy trabajando con otros técnicos de la Universidad de Turín, porque tenían la hipótesis de que la tumba de la esposa de Tutankamón estaba en un lugar próximo al Valle de los Reyes. Ellos demostraron que estaba localizada a cinco metros bajo tierra. Por ello, voy a excavar para buscar la tumba de Anjesenamón en setiembre.
¿Cuándo tendrán los resultados de la investigación?
Empezamos a excavar en setiembre en el Valle de los Monos, que es aparte del Valle de los Reyes, y para fin de año tendremos algo.
Respecto al radar, en el pasado mencionó que no era ciencia, ¿se reafirma al respecto?
El sistema usado por la Universidad de Turín no es un radar, es otro tipo de técnica nueva que puede detectar y tomar fotografías de objetos que se encuentran bajo tierra. Pero hasta ahora, este aparato no ha hecho ningún descubrimiento inicial. Es por eso que cuando los japoneses empezaron a analizar la tumba de Tutankamón y el radar mostró algo, este no estaba diciendo la verdad. Yo creo más en la excavación, porque logra más descubrimientos que las nuevas técnicas como el radar.
¿Tiene intenciones de volver al Ministerio de Antigüedades?
Actualmente estoy brindando asesoría al gobierno egipcio, pero no quisiera volver a ejercer un cargo oficial, porque quiero hacer mi propia arqueología. Por ejemplo, estoy buscando la tumba de Cleopatra en mi país, cerca a Alejandría.