La furia de la naturaleza se mantiene implacable. El río Huaycoloro se desbordó e inundó algunas urbanizaciones como Zárate y Campoy, en San Juan de Lurigancho, donde miles de ciudadanos desesperados colocaban sacos de arena en sus puertas para evitar que sus viviendas resultaran afectadas. Otros más utilizaban escobas, recogedores e incluso carteles y grandes maderas para redirigir las aguas.
CLAMAN AYUDA. El alcalde de San Juan de Lurigancho, Juan Navarro, dijo que solicitó ayuda al Ejecutivo para enfrentar estas eventualidades. Sin embargo, no hubo una respuesta beneficiosa para la población. “Necesitamos que el Estado descolmate este río para evitar emergencias similares. Ya lo habíamos pedido con anticipación”, dijo.
En paralelo, las aguas lodosas también cubrieron la carretera Ramiro Prialé, en Huachipa. A la altura de La Atarjea, cientos de desesperados ciudadanos pidieron ayuda inmediata para no perderlo todo. “No es justo que las autoridades se acuerden de nosotros recién cuando pasan las emergencias. Queremos que el Estado diseñe planes de contención y que no nos dejen en el olvido”, exclamó la ciudadana Rosalía Palacios, quien procuraba que las aguas no ingresaran a su vivienda, ubicada frente a la zona de La Atarjea..
— Jesus Grados (@jgradosp) 31 de enero de 2017
Del mismo modo, varios tramos de la carretera Central fueron clausurados debido a las lluvias y el peligro de deslizamientos. Cientos de vehículos y pasajeros quedaron varados durante horas.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) recomendó mantenerse alerta ante las precipitaciones que continuarán en los próximos días. “Desde la semana pasada se han producido lluvias y ello ha saturado los suelos y cualquier precipitación puede ocasionar estos deslizamientos”, dijo la meteoróloga Tania Ita Vargas.