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La falta de cultura viene dañando a uno de los programas que, de manera inédita y gratuita, intenta dar conocimiento a la ciudadanía. El programa “Bus de la Lectura” de la comuna de Lima, por el cual los pasajeros del  obtienen libros y revistas en calidad de préstamo para hacer más entretenidos sus recorridos en los buses, está seriamente afectado porque los usuarios no devuelven los textos, como había sido planificado.Alex Alejandro, jefe de la iniciativa “Lima Lee”, reveló a CORREO que cada mes ingresan a las estaciones un promedio de 30 mil libros y solo el 40% de ellos son devueltos y peor aún, muchos de ellos en condiciones lamentables, por lo que deben ser desechados.

LIBROS PERDIDOS. El 60% de los textos, unos 18 mil cada mes, sale de la vía troncal para no volver jamás, pese a las campañas de concientización desplegadas por la comuna.

El panorama no pinta bien desde el inicio del programa. El encargado de este programa cultural, lanzado en diciembre del 2015 con 60 mil ejemplares, informó que en enero solo 1 de cada 10 usuarios regresaban los libros o revistas a los anaqueles dispuestos en cada estación para tal fin. “No tenemos evidencia de que estos pasajeros se lleven los textos para venderlos en otros lados, pero no descartamos esta posibilidad”, explicó.

CONFIANZA. La comuna limeña no ha evaluado poner controles en las estaciones para evitar la pérdida de textos. Alejandro precisó que hacer eso sería muy complicado por la gran cantidad de usuarios del Metropolitano, y además porque el objetivo es apelar a la confianza para que los usuarios tengan una mejor actitud cívica, como ocurre en las grandes capitales del mundo.

“Hemos empezado a registrar el nombre de los usuarios que piden textos prestados, pero para el control de cada promotor ubicado en los libreros y no como mecanismo para seguir a los usuarios. Hacemos préstamos sin registro para que el usuario no se sienta intimidado al pedir un libro”, aseveró.

Son donados

La mayoría de textos del “Bus de la Lectura” son entregados por medios de prensa, empresas, academias y centros culturales.