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Decenas de trabajadores del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) se concentraron ayer en la Morgue de Lima para exigir justicia por el asesinato de su colega Selene Mabel Martínez Samamé (43), cometido a una cuadra del penal de Lurigancho.
La víctima, quien se desempeñaba en el área de salud en el programa de VIH, había salido como todas las tardes de esta prisión, donde trabajaba. Una compañera, cuya identidad se mantiene en reserva, la acompañaba.
Cuando se dirigía a tomar su autobús en el cruce de las avenidas El Sol y Santa Rosa, la abordaron dos sujetos que habían descendido de una moto, según testigos.
Uno de ellos, relataron los trabajadores, le disparó por la espalda y luego huyó a pie con su compinche.
Durante el ataque, ocurrido a tan solo una cuadra del penal, Martínez recibió dos impactos de bala en la cabeza. Su muerte fue instantánea.
El cadáver de la víctima fue llevado a la Morgue Central de Lima para la necropsia de ley. La mañana de ayer, decenas de sus compañeros se hicieron presentes en ese lugar para protestar por el crimen.
“Somos unos presos más. Los que estamos en el Inpe hemos sido víctimas de amenazas, de extorsiones, de asesinatos incluso. Los internos quieren imponer su voluntad”, manifestó un trabajador.
Mártir
El vicepresidente del Inpe, Javier Llaque, indicó que la mujer “nunca recibió amenazas y que es una mártir”.
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