Luego de tres días de ocurrido el voraz incendio en la comunidad shipibo-conibo de Cantagallo, los pobladores incrementaron su presencia en las carpas dispuestas por la Municipalidad de Lima en la cuadra 7 del jirón Amazonas en Barrios Altos, conocida como Martinete.
"Alquilaba un cuarto a un paisano, ahora que se ha quemado todo no tenemos a donde ir con mi familia, por eso estoy camino a las carpas de la municipalidad", comenta Julio Sicuri, shipibo con más de 10 años viviendo en Cantagallo, quien carga sus cosas junto a su esposa y dos hijos en busca de un refugio.
Mientras en el lugar del incendio, la desesperación se adueña de los pobladores que presentan cuadros de estrés, frustración, depresión e incluso ira, por lo que el módulo de atención psicológica del Ministerio de Salud ha atendido hasta el momento más de 400 casos.
La comunidad shipibo-conibo permanece en Cantagallo e incluso aumentó la presencia de viviendas rústicas hechas con madera y rafia, pues según cuentan no piensan abandonar el lugar.