Amalia Andrade, escritora, periodista e ilustradora colombiana, se sorprende gratamente cuando le comentamos que su más reciente libro, “No sé cómo mostrar dónde me duele” (Editorial Planeta), nos lleva a un viaje que motiva a poner en valor nuestras emociones; las que muchas veces tratamos de mantener a buen recaudo. “Qué bonito que lo digas así, porque no lo había pensado, pero sí, es como un viaje, en el que identificamos nuestras emociones, con más tranquilidad, sin tacto, sin tapujos y sin tanto miedo”.
Es un viaje que todos tendríamos que recorrer sin pudor...y tu libro nos hace pasar por la tristeza, la decepción, la esperanza, los celos, todo lo que es parte de nosotros.
Total, ninguna emoción es peor o mejor y tenemos que sentirlas todas.
¿Y cómo nace el libro a proponer desnudar tus afectos y emociones?
En el momento que a mí me interesó mucho sobre todo la relación de cómo la sociedad o las reglas sociales se meten en algo que uno cree que es tan íntimo, tan de uno, como nuestros mundos emocionales. Cuando yo entendí el alcance en el cual la sociedad y las reglas, el patriarcado, el sistema económico, nos invade tan violentamente y nosotros no nos damos por enterados, es lo que a mí me causa mucha curiosidad; de esas inquietudes es que nace el libro
.¿Hay qué parar un poco para saber hacia dónde vamos?
Tenemos que reflexionar sobre todo esto, no tenemos un momentico para hablar, sobre nuestros mundos emocionales y es lo que a mí me causa mucha curiosidad. Hay ciertas emociones que son de carácter más íntimo, la tristeza, el llanto, queremos como estar a solas en lugares seguros, pero lo que me impresiona mucho es el dictamen ya social, de no llorar en público que eso está mal visto. Dios mío cómo va estar mal visto, uno llora cuando tiene que llorar.
Consideras que “No sé cómo...” es un libro que forma parte de tu proceso de crecimiento, de tu madurez.
Es un libro muy importante para mí por precisamente, eso que dices, pasaron muchas cosas fuertes en mi vida y en el mundo también, una pandemia, que hicieron que yo cambiara. Este libro para mí es como lo que yo más quería, dejar muy claro que soy otra, que se parece un poco a la de antes, pero soy otra, con otras preguntas, asumo que más madura, que tiene otras propuestas y tiene tramos logrados.
El tema de tu adopción está en el libro. ¿Ya lo procesaste, tuviste que escribirlo para sanar?
Es una parte significativa del libro y sin duda, la adopción es un tema que me ha traído alegrías enormes. Crecí en una familia muy amorosa, pero también es un tema muy difícil, y que sin duda me ha dolido mucho, que obviamente he tenido que escribir para sanar y también pasar terapia. Me interesa mucho que se hable de la adopción porque creo que se habla poco, hay unas ideas como muy idealizadas y hay una poca problematización de ella
No es tan fácil el asunto, ni para el adoptante y el adoptado...
Yo estoy obviamente a favor de la adopción, es lo más bonito que me ha pasado en la vida, pero tenemos que reconocer que es un proceso muy complejo, no es fácil como lo pintan, es muy complejo para la familia en quien siempre se ha hecho énfasis, pero también para la persona adoptada. También es doloroso, no importa cómo y cuándo te lo digan, no importa si tuviste x condiciones, todos los adoptantes tenemos experiencias diferentes pero puede llevar con una carga de dolor, y es mi caso. Puede ser también algo determinante en la vida y a mí me la cambió.¿
Lo supiste desde niña o esperaron para decirlo?
Sí, me lo dijeron muy niña, yo tenía 5 años, estaba bien chiquita. Y seguramente escribiré algún otro libro donde cuente toda la historia porque es bien fascinante. Creo que hay pocas historias de adopción, y creo que hay esa falsa idea de que las personas no se van a identificar
En los adoptados siempre existirá, a pesar del cariño de la familia, una recurrente pregunta sobre su origen.
Hay adoptados para quienes esta pregunta es más fuerte que otros, para mi si era una pregunta muy difícil y como muy invasiva, me quitaba mucho tiempo saber quién soy, de dónde vengo. a quién me parezco. Felizmente he podido hablar siempre de mi adopción, eso no significa que no me haya dolido, pero yo siempre me he sentido muy cómoda hablar del tema.