El sábado 10 nos informamos del acabamiento físico de Manuel Pantigoso, poeta, crítico literario, promotor de la educación por el arte, periodista cultural y profesor de literatura, primero en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y posteriormente en Ricardo Palma. Lo que sigue son, entonces, unas pinceladas y bocetos especiales.
VER MÁS: Ángel Ibarguren, una sola voz en dos libros
Lo conocí en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudié el curso de especialización “Didáctica de la interpretación de textos literarios”; nos encontramos después en Trujillo, con ocasión del extraordinario V Congreso Nacional de Literatura Infantil y Juvenil “Abraham Arias Larreta”, que organizamos con Wellington Castillo, Jorge Barboza, Jorge Chávez Peralta, César Díaz Herrera, Arlita Mego Benites, Germán Zulueta Heredia, Hugo Sánchez Peláez, Clara Claros Aguilar y Bety Sánchez, entre un compacto grupo de profesores, escritores y estudiantes universitario, como Tatiana Chávez Gutiérrez y Luis Amaya Deza.
Después, el mismo Pantigoso me encargó la realización del VI Encuentro Nacional de Educación por el Arte, que se desarrolló con desbordante éxito en nuestra ciudad.
Y nos volvimos a encontrar al finalizar la década del 80 en Sullana, con ocasión del Encuentro Nacional de la APLIJ, que se desarrollaría en homenaje al poeta Manuel Ibáñez Rosazza, pero que terminó en el más rotundo fracaso, porque solo hubo inauguración y nada más.
PUEDE LEER: Los comienzos de Oscar Colchado en Chimbote
PRODUCCIÓN POÉTICA Y DIDÁCTICA
El ejercicio de la poesía de Pantigoso se plasmó en los títulos: Salamandra de Hojalata (1977), Sydal (1978), Reloj de Flora (1981), Rever/so an/verso (1982), Contrapunto de la mitomanía (1981), Curso Diz Corde (1983) y Nazca (1986).
Asimismo, como profesor universitario, plasmó sus concepciones, experiencias y propuestas en sus libros: Didáctica de la interpretación de textos literarios (1975), Educación por el arte (1984), Didáctica creativa (1984) y Teatro y educación (1984).
LEER AQUÍ: Ternura e inocencia en El pequeño pirata de Alejandro Calle García
CRÍTICA LITERARIA
Fue también un distinguido crítico literario, aunque su producción en este género no es muy abundante; sin embargo, en este género fue autor de los ensayos: Expresionismo y Autoctonismo en la poesía peruana del siglo XX, 7 Ensayos sobre César Vallejo y, especialmente, César Atahualpa Rodríguez: La emoción del pensar, versión original de su tesis doctoral, y cuya presentación pública nos encargó realizar en Trujillo.
Por otro lado, “Mañuco” dedicó particular atención al estudio y traducciones de importantes poetas brasileños, como Mario de Andrade, Carlos Drummond de Andrade, Joao Cabral de Melo Neto, Domingo Carvalho da Silva, Ledo Ivo y Pericles da Silva Ramos.
PUEDE LEER: Literatura infantil y juvenil de La Libertad para escuelas y colegios
CÉSAR ATAHUALPA RODRÍGUEZ: LA EMOCIÓN DEL PENSAR
El singular y formidable libro de Manuel Pantigoso sobre el poeta arequipeño se presentó en nuestra ciudad a fines de diciembre de 1989. Algunas de las ideas principales que entonces expusimos fueron las siguientes:
“El libro es resultado, en mucho, del singular enfrentamiento de un poeta para juzgar a otro poeta; tarea que Pantigoso emprende con los recursos de una sólida base teórica, de un sutil mecanismo analítico, de una sagaz interpretación crítica y de una clara orientación didáctica, demostración indubitable de por qué el poeta auténtico, sincero y honesto, no panfletario ni oportunista, es antena de sensitiva vibración ante el destino del hombre.
Considera Pantigoso que la vida externa adquiere sentido en función del yo que la anima; por eso es necesario penetrar en la psiquis del poeta, en sus confesiones y testimonios, para comprender su temperamento, su personalidad y su alma. Entonces, en la recreación de la trayectoria vital de César Atahualpa Rodríguez, el ensayista y crítico asume las funciones de trannoscriptor, ordenador y sistematizador de todo un engranaje vertido en la autorizada biografía “Retrato sin marco” y en el respectivo correlato poético de los dos principales libros publicados por el vigoroso poeta arequipeño (1889 – 1972): “La torre de las paradojas” y “Sonatas en tono de silencio”, cuyos estudios volcados en sendas tesis permitieron al autor obtener su bachillerato y doctorado en literatura y filología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
VER AQUÍ: César Olivares y su poesía directa a la yugular
OPINIÓN Y COMENTARIO DE PANTIGOSO
El destacado crítico, en la Introducción al libro sobre el poeta arequipeño, concluye: “Este libro, que debió aparecer muchos años atrás, sólo ahora se hace realidad con motivo del centenario del nacimiento de César Atahualpa Rodríguez. Deseamos que contribuya –como ya ha sucedido desde la aparición de las dos tesis mencionadas– al mejor conocimiento de uno de los más notables poetas peruanos, innovador en las esencias, que, herido por las limitaciones y presiones de la realidad regional y nacional, nos ha legado su “emoción del pensar” a través de una obra indiscutiblemente original y trascendente que no tiene parecido en el vasto y rico panorama de la poesía peruana de este siglo”.
LEER MÁS: Libros: tradición oral de la región La Libertad
SOBRE VALLE GOICOCHEA, JORGE BARBOZA Y ROBERTO ROSARIO
También Pantigoso participó del movimiento por la literatura infantil y juvenil. Resultado de esa experiencia son los artículos y prólogos a determinados escritores de la respectiva área: sobre el extraordinario patacino Luis Valle Goicochea, el crítico escribió: “Incontaminado de influencias, su referente directo es la propia experiencia vital: la casa donde vivió y su infancia, como espacio y tiempo determinados”.
LE PUEDE INTERESAR
- Salpo mágico: el nuevo destino turístico en la región La Libertad
- La Libertad: Presentan muro de 4,500 años de antigüedad en Huaca Tomabal
- Chicama: “Ciudad de leyenda, llave y perla del Valle” en la región La Libertad
- La Libertad: El imponente santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
- Cascas, un tesoro por descubrir en La Libertad
- La Libertad: La antigua iglesia de Jolluco, ubicada en la provincia de Gran Chimú
- La Libertad: Las “wankas” del distrito de La Cuesta