La escritora estadounidense-alemana Deborah Feldman no se siente una inspiración para las mujeres de la comunidad jasídica Satmar, en Nueva York, Estados Unidos.
A pesar de que su libro “Poco ortodoxa”, donde dio su testimonio sobre cómo escapó de las ataduras físicas y mentales de dicha religión, fue un “bestseller” y luego una exitosa miniserie homónima en Netflix, para la autora sus acciones fueron solo una manera de contribuir a poner en debate lo que viven muchas mujeres.
TESTIMONIO. “Yo formo parte una red internacional que se ha ido de la comunidad. Son miles de personas. No soy la única que lo ha hecho ni que está en esta situación. Creo que mi movimiento inspira, no yo. Tal vez yo contribuí como mucha gente valiente”, dio en una rueda de prensa internacional, en la que participó Correo, como parte del lanzamiento de su libro al español.
Feldman, además, recordó que escribió su obra cuando se encontraba dentro de su comunidad. Quiso escapar por la vía legal y consultó a diversos abogados, pero todos los dijeron que eso no era posible y que solo se resignara. “No me rendí”, contó.
Así, conoció a otro letrado que le ayudó a encontrar, con otros testimonios, la forma de sobrevivir tras su huida: lograr que su historia se hiciera conocida en el mundo.
CONTAR. De esta manera, fue a la universidad y, en secreto, escribía el libro que la ayudaría a dejar Satmar y, por fin, vivir a su modo, junto a su hijo, como también se ha visto en la serie de Netflix, que tuvo algunos cambios en la trama pero que mantiene la esencia de asfixia, hartazgo y deseos de libertad.
“Me convertí en una especie de demonio, en una categoría similar a la de Hitler. Para ellos, yo era Goebbels y estaba difundiendo propaganda antisemita. (...) Fue un éxito tan inusual y repentino y muy intenso”, relata.
“Mi comunidad reaccionó con rabia y furia, porque se sintieron ultrajados, y trataron de desacreditarme, me tildaron de loca. Pero nadie dijo que era una mentira lo que contaba”, detalló sobre lo que ocurrió después de publicar el libro.
LIBERTAD. Por ello, su aporte se dirige hacia la intención de no solo retratar la forma en que se decide la vida de las mujeres, desde el cuerpo y hasta el pensamiento, a través del miedo, sino que también para encontrar una forma de cambiar esta realidad.
“En nombre del judaísmo se hacen muchas injusticias contra las mujeres y los niños. (...) Estoy haciendo una crítica dentro del mundo judío para desencadenar una conversación que nos lleve a una solución”, declaró la escritora.