Eduardo Plaza: "Uno termina perteneciendo a un lugar que ya no existe”
Eduardo Plaza: "Uno termina perteneciendo a un lugar que ya no existe”

En Hienas, Eduardo Plaza presenta ocho cuentos en los que refleja dónde se quiebra el hombre. Antes de volverse agresivo, existe una historia que lo marcó. El autor chileno conversó con Correo sobre su obra y cómo la concibió.

Los cuentos que componen Hienas suceden en provincia. ¿Este espacio lo entiendes como un lugar de abandono o de retiro? 

En Chile, el centralismo es muy poderoso. Uno siente el peso del abandono en cuanto a políticas públicas y espacios culturales. Autores que no son de Santiago de Chile piensan que, para publicar, tienen que vivir allá. Eso implica que los cerebros pensantes de una provincia abandonan el lugar donde podrían dejar un legado. Es también el abandono de tus raíces para hacer lo mejor para ti. Yo soy de Coquimbo, al norte de La Serena. Puedo escribir mucho de allá, pero se convierte en un anhelo. Uno termina perteneciendo a un lugar que ya no existe

¿Son estas historias una forma de entender o enfrentar tu nostalgia? 

Más que enfrentarlas, la nostalgia es una necesidad de habitar algo, aunque fuera ficcionándolo. La ciudad en la que crecí ya no existe y hay muchos personajes infantiles que habitan la ciudad que yo conocí. También muchos adultos que yo no conozco. Entonces, para conocerlos, armo lo que es la ficción. Es una forma de fijarlo, porque ahí no se moverá.

¿A esos niños que hoy son parte de Coquimbo es a quienes les dedicas el cuento “Teresa”? 

No me gusta mucho idealizar la infancia, porque es muy fácil caer en ella, así como en la nostalgia del lector. Uno añora la infancia. Lo que quería era mostrar las pequeñas hendiduras, porque los personajes adultos están acabados de alguna forma, rotos por vínculos familiares o sentimentales. Yo quería mostrar los puntos donde suceden los quiebres, mostrar que no todo es un accidente, sino que en su infancia había puntos de inflexión.

¿Qué encuentras en la precariedad y el abandono, del que también escribes en tus cuentos? 

Siempre es posible una vida en provincia. Efectivamente, uno aprende a vivir con menos acceso a la cultura, oportunidades laborales. Hay algo que tiene la provincia que las capitales no tienen, y es el aprendizaje en la precariedad. Gabriela Mistral nació en un pueblo en el que había más animales que personas. De esa precariedad nació una premio Nobel. Esos pequeños milagros pueden ocurrir, que no están determinados por el capital social o el acceso a ciertos bienes. Eso es súper rico y quiero rescatarlo.

Perfil

Eduardo Plaza, escritor

Fue seleccionado por el Hay Festival como uno de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años por los relatos de Hienas.

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