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A través del libro de microrrelatos El aullar de las hormigas, que en su tercera edición se encuentra bajo el sello editorial de Estruendomudo, el autor Ítalo Morales expone una mirada profunda, crítica e irónica sobre la historia, el arte, la religión y temas como la muerte y la depresión, entre otros.

“Creo que los seres humanos somos como pequeñas hormigas que contemplamos el universo con nostalgia y devastación. Frente a la muerte, el devenir, el tiempo y las estrellas somos nada. El libro es la contemplación frente la posmodernidad que nos descalabra cada día. Son como respuestas a los grandes relatos”, explica Morales.

Sin embargo, el novelista también se propone tocar temas como el miedo, la soledad, el fetichismo o la literatura “en sus onzas de insoportable inmortalidad”, con el fin de desmitificar y generar reflexión en el hombre. “Es como un llanero solitario que le dispara a un cowboy de la teoría”.

LEER ENTRE LÍNEAS. Un flautista que domaba a los roedores; un príncipe que buscaba a su doncella con la única pista de su zapato de cristal; una dulce niña que lleva una caperuza de color rojo y se encuentra con un lobo en la cama de su abuela; una doncella de piel blanca como la nieve que es engañada por una bruja. Todas estas tramas corresponden a relatos infantiles que, bajo la mirada del literato, pierden la inocencia para buscar en lo más íntimo de sus líneas aquellas historias que, quizá, no queremos leer. “Es como un ludismo donde se trata de desmontar las piezas de esa maquinaria que es la historia. A veces, ahí encontramos algo que no funciona, y es donde la literatura cabe”, continúa.

(IN)CULTURA. En el análisis sobre la vida humana, Morales también se permitió investigar e ironizar sobre el arte en varios de sus ángulos. La danza, arquitectura, cine o la mímica son algunos de los temas a los que encuentra desacramentables. “Siempre he tratado de ver más allá de lo que nos han explicado o vendido en la historia oficial. A partir de esa conciencia crítica de las cosas, lo que busco es desmintificar, desacramentar esa seriedad que tienen los grandes relatos, como la ciencia, el marxismo, el psicoanálisis o el arte”, detalla.

CUENTOS BÍBLICOS. De aquel acercamiento con la modernidad y posmodernidad, Morales se desencantó de aquella formación religiosa que, con tenacidad, se le inculcó cuando era más joven. Ha sido evangélico, admirador del marxismo y del comunismo de forma leve, estudiante de psicología y derecho, pero rebautizado solo bajo su propia razón.

“Cuando comparas la mitología hebrea con otras que son muy parecidas, descubres que algunas cosas no son ciertas. Por ejemplo, a raíz de la teoría de la creación donde el hombre es formado del barro, uno se pregunta si eso puede ser real. Después, descubres la ciencia y la evolución. Son cosas que van chocando con tu conciencia teórica que te has formado con lo anímico. Yo tengo una formación religiosa por una tía que me enseñó y bebí muchísimo el miedo frente a Dios, al Apocalipsis. Sin embargo, con el tiempo, fui desechando esas cosas”, sostiene Morales, quien hace más de 15 años se dedica a la docencia en colegios y universidades.

En un total de 82 microrrelatos, Ítalo Morales ha reunido un universo de temas que le permiten realizar sus dos más grandes pasiones: la literatura y la filosofía. “A mí no me salían los poemas, yo escribía poemas en prosa. Por ahí se me metía el narrador que llevo en mí para pintar escenas breves”.

Libro

El aullar de las hormigas, de Ítalo morales, se encuentra a la venta en las librerías Crisol y El Virrey.

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