Los monstruos de la sociedad nos acechan, desde las costumbres populares hasta el abuso del poder, se hacen presentes en “Exhumaciones. Búsquedas, descubrimientos y liberaciones”, exposición de arte de Camila Figallo.
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La artista peruana que devela desde su interior el imagino colectivo e individual de las personas, que muchas veces se sienten oprimidas por el miedo, la autocensura y la violencia, presenta su obra hasta el 20 de julio en la Casa Fugaz, en Callao Monumental.
“Con este proyecto intento sacar una parte del inconsciente primitivo. Por ello, se llama exhumaciones, porque libera aquello que se encontraba reprimido en lo que yo venía trabajando”, comenta a Correo la artista.
A través de personajes, animales y objetos animados e inanimados, la artista Figallo representa lo cotidiano que muchas veces genera una especie de violencia en la comunidad.
Con bocetos en técnica mixta, pintura en óleo y también objetos, la artista va generando un discurso con una simbología que retrata en cierta forma las autopsias del alma.
“Se ha armado un retablo con estas piezas pequeñas y grandes. Son como autopsias que he ido sacando hasta llegar a las pinturas terminadas. El retablo representa, de abajo hacia arriba, desde los bocetos de cómo se inició hasta como se ha ido trabajando todo el proceso”, detalla Camila.
Autoconocimiento
Con su obra, Camila Figallo nos hace viajar a través de la historia del arte, tomando como referencia a los Caprichos de Francisco de Goya (1746-1828) y una de sus obras maestras, “El sueño de la razón produce monstruos”.
“Me he contagiado de esta sensación de sacar, incluso la primera obra que es con la que nació todo [el proyecto], es un autorretrato que nace de los autorretratos de Goya que representa a la sociedad, y en ese grabado en sí que se llama “El sueño y la razón producen monstros” sale él mismo durmiendo en su escritorio y alrededor de él hay búhos y murciélagos que lo atacan”, expresa.
Por su parte, Figallo también ha recreado su propia versión de “El sueño y la razón producen monstruos” en donde se ha representado también con la cabeza sobre un escritorio y alrededor de ella hay gallinazos que intentan comer su cabeza.
“A los gallinazos, más que darle una simbología de carroña y muerte, les doy una simbología de limpieza porque comen y limpian lo putrefacto, y creo que eso forma parte de exhumar”, detalla la artista, que además expresa su preocupación por los conflictos sociales que generan trastornos en la salud mental.
“Es importante como sociedad ver esos temas de trastornos internos porque uno guarda y estas cosas empiezan a salir como problemas de depresión y otros que pueden llegar hacer muy peligrosos y violentos”.
Asimismo, más que representar una composición simétrica o asimétrica, Camila Figallo pretende evidenciar una belleza siniestra que perturbe de alguna forma el interior del espectador para generar una duda sobre el bienestar mental.
“Me interesa que las personas sientan una belleza perturbadora, ya sea en lo más mínimo, y que piensen que algo se les está diciendo. Quienes miren mis obras deben preguntarse qué significa esa belleza siniestra”, reflexiona la artista.
Con la curaduría de Juan Peralta, Figallo realiza una indagación a modo de terapia y autopsia, donde a través de los sueños e imaginaciones representa sus ideas caóticas en la exhibición “Exhumaciones. Búsquedas, descubrimientos y liberaciones”.
La artista Camila Figallo, graduada con Medalla de Plata en la Escuela de Artes Visuales Corriente Alterna, invita a espectar muestras de artes de artistas emergentes para cuestionarse temas personales y sociales.
“Creo que es importante no solo ver obras conocidas. En mi caso, por el tema que estoy tocando, es importante cuestionarnos. Por ello, los invito a que no solo tengan una experiencia en donde solo vean arte y pinturas, sino que también puedan llevarse algo en que pensar. Creo que el arte puede movernos un poco”, sentencia Camila.