Cada primero de mayo, desde hace 17 años, las calles empinadas de La Balanza, en Comas, se llenan de colores vibrantes y sonidos envolventes. Tamborileros, malabaristas, zancos, payasos y actores toman las calles y las hacen suyas con un único propósito: invitar a todos los vecinos a la inauguración de la Fiesta Internacional en Calles Abiertas, más conocida como Fiteca.

(281 artistas nacionales e internacionales se presentaron durante las 12 jornadas de Fiteca)

“Para mí, la Fiteca es un compromiso, es mágico y un orgullo”, confiesa Patricia Beltrán, organizadora de este festival, uno de los más importantes en Latinoamérica.

Fiteca es la suma de arquitectos, colectivos de artistas plásticos, agrupaciones de teatro e instituciones educativas, que se juntan para apoyar en la organización del festival: todos son bienvenidos.

LOS INICIOS 

En el 2000, la agrupación teatral La gran marcha de los muñecones, nacida en el barrio de La Balanza en 1992, regresaba a Lima luego de seis meses de presentaciones por festivales de México, donde el gobierno y los artistas invitaban a extranjeros a compartir su arte con la comunidad, pagando los pasajes y alojamiento de los invitados. Aquella temporada en Centroamérica los convenció de gestar un festival en el barrio que los vio nacer.

“Regresamos y dijimos ‘hagámoslo y, si no hay telón, agarremos una tela y cuatro palos’. Es así que, un amigo que tenía un circo prestó la gradería y por cinco días que duró la Fiteca se quedaron sin función”, recuerda Patricia, quien desde 1994 se dedica al teatro y actualmente asume la gestión administrativa de la Fiteca.

El objetivo inicial de los creadores de este festival fue hacer algo por el barrio; ellos sentían que los niños tenían el derecho a acceder a la cultura.

La compañía de teatro La gran marcha de los muñecones es uno de los grupos fundadores de la Fiteca, y su director, Jorge Rodríguez, es el miembro más visible en la actualidad. Otros fundadores fueron Marcos Esqueche, del Teatro del Ritmo, y Janet Gutarra, con la agrupación Luna Sol. Transcurridos los diez primeros años de la Fiteca, los fundadores se separan y Jorge Rodríguez y Patricia Beltrán asumen el liderazgo. “El festival de mayo era todo un acontecimiento en Lima Norte, pero pasada la fiesta no se hacía más. Es así que se replanteó el objetivo de la Fiteca: la construcción de barrios culturales”, revela Patricia.

(Para el pasacalle inaugural se presentaron más de 400 participantes)

CONSTRUYENDO IDENTIDAD 

Con los años se dieron cuenta de que todo lo que se hiciera en el festival tenía que comunicar, ya no solo podían venir los artistas y presentarse. Es así que ahora los murales tienen un filtro de contenido y forma. La consigna es que todo lo que va dirigido a la comunidad debe ser capaz de transformar su entorno.

Si bien esta fiesta comenzó en las calles de La Balanza, su magia echó raíces y actualmente la fiesta se lleva a otras sedes. Este año, unas 55 propuestas artísticas se compartieron en sus cuatro sedes (La Balanza y El Carmen en Comas, la provincia de Chincha y el distrito de La Molina) a lo largo de 12 días.

El próximo año, la Fiteca cumple 18 años, la mayoría de edad, y sus organizadores no dejan de demostrar que será un acontecimiento que depositará grandes expectativas.

“Todos somos vecinos, hay solidaridad, hay convivencia entre los extranjeros y nacionales, ese vínculo nos hace ser vecinos del mundo y para el próximo año tenemos más fiesta, más vecinos del mundo, más comunidad y más cerros mágicos”, asegura Patricia.

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