“Un verdor terrible” (Anagrama, 2020) de Benjamín Labatut se merece todos los halagos que ha recibido en los tres últimos años. La crítica ha coincidido en las virtudes de este libro que toca la naturaleza del ser humano desde la concepción de la ciencia.
Aunque toma datos fácticos, también hay ficción en las biografías de los matemáticos, físicos y otros pensadores. Así que podríamos considerarla una novela, un género que lo absorbe todo y se moldea a las propuestas más arriesgadas como la de narrar la dirección que ha tomado la humanidad con los avances del pensamiento.
El escritor chileno se aboca en puntos representativos de la ciencia y compone los pasos que hemos dado para convertirnos en lo que somos ahora: un mundo al borde del colapso y la autodestrucción, un conjunto de seres vivos, pensantes y curiosos recalcitrantes que, por un milagro, todavía no hemos terminado de aniquilarnos de manera repentina.
La objetividad pura y dura no existe, ni siquiera en la historia. Por ello, Labatut nos entrega su visión de los hombres, ideas y descubrimientos más extraordinarios. Si pensamos que escribir es dar un orden propio al mundo que se aborda, el narrador omnisciente muestra la torturada, contradictoria y enigmática resolución sobre maravillosas evoluciones y armas nefastas.
Innumerables investigadores y genios aparecen en las páginas de “Un verdor terrible”. Desde la belleza y posterior uso mortal del azul de Prusia hasta la teorización de la mecánica cuántica, la ciencia ha movido los números y la idea del mundo pero también lo ha modificado, dejando una pila de cadáveres y, a la vez, formas de supervivencia para la humanidad.
En esa delgada línea se mueve el ser humano, hasta ahora.
Labatut no solo recopila y expone horrores y deslumbramientos, sino que construye una estructura narrativa llena de intriga y misterios, donde la ficción plantea algunas preguntas cruciales o llena ciertos agujeros.
Este libro no es un resumen de la historia más inquietante de la ciencia. Sí se acerca a la narración de alguien que observa cómo se ha asesinado a un animal o cortado un tallo para entender cómo funciona el mundo.
ENCIERROS
“Día de visita” (Seix Barral, 2023) de Marco Avilés acaba de ser reeditado y es una gran noticia porque merece tener más lectores.
El reportero peruano entrevistó a cerca de 50 internas del penal de Santa Mónica, en un año, durante los sábados y encontró una miríada de historias, entre impresionantes, conmovedoras e indignantes.
Hay un trabajo minucioso del ambiente asfixiante, sucio, corrupto y discriminador del establecimiento penitenciario.
El libro de crónicas, quizás el mejor que ha escrito Avilés, muestra una realidad que, a pesar de ser expuesta en medios, no cambia y se mantiene en un silencio latente.
En estas páginas, está el lado humano —triste, frustrante y hasta por momentos inverosímil— de mujeres que han perdido la libertad.
En comparación a la primera edición de 2007, la nueva publicación tiene un prólogo del autor, en la que reflexiona sobre el trabajo periodístico de largo aliento y sus personajes.
También se incluyen dos textos de los periodistas Jaime Bedoya y Gabriela Wiener.
PLURAL
“Matalisuras” (Colmillo Blanco, 2022) de Christian Reto es una novela que compone una Lima no tan alejada de la actual: una sociedad donde todos los celulares te apuntan con sus posibles fotos y videos, para subirlas a “Plural”, el grado más alto y exagerado del periodismo ciudadano.
Un grupo de reporteros de un programa de televisión investiga lo que hay detrás de esta herramienta, utilizada para fines políticos y otros motivos no tan nobles.
Reto expone el vértigo detrás de la búsqueda de la noticia y explora las posibilidades y peligros de la curaduría poco ética de una información masiva: qué se debe o no debe ver, contar, mostrar.