A un año de haber sido nombrado jefe institucional del Archivo General de la Nación, Jorge Ortiz Sotelo, considera que estos últimos doce meses no han sido fáciles. “Ha sido un año duro por el tema de la pandemia, hemos reiniciado nuestras actividades en mayo de 2020 de forma virtual y a partir de agosto hemos abierto el archivo para los usuarios, porque hay una gran demanda. Al final de cuentas el archivo es un servicio público”, dice el destacado profesional.
La pandemia generó una serie de restricciones...
Por supuesto, en cuanto a que no todo el personal puede ir, hay grupos de riesgo, otros que tienen que hacer trabajo remoto, otros mixto, pero la verdad, creo que hemos avanzado en tratar de virtualizar lo más posible la información que tenemos y se puede ver en la página web. Gracias a un plan editorial estamos publicando contenido que en algunos casos estaba listo hace veinte años, y que por una razón u otra no se habia difundido, eso creo que es un tema importante.
Por otro lado, le hemos puesto mucho empeño al tema del edificio del archivo, creo que ese es el gran reto.
¿Cuán importante es la construcción del nuevo edificio?
Desde hace varios años se viene planteando la necesidad de construir un edificio moderno para el archivo, actualmente funcionamos en cinco locales, pero ninguno ha sido construido especialmente para la labor tan especializada que desarrollamos. Tras muchas iniciativas, esfuerzo y procesos, ya estamos en la fase de elaboración del expediente técnico que debe estar listo en junio. Sobre esa base debería iniciarse el proceso de licitación para construir un edificio de doce pisos con la tecnología de punta para archivos, preservación y manejo.
¿El Archivo General de la Nación solo guarda documentos históricos?
El archivo tiene tres grandes repositorios, el histórico, que es lo que todo el mundo solo piensa que tenemos, pero nosotros también custodiamos los archivos notariales, esos documentos están ahí y eventualmente esos pasan al histórico. También las entidades públicas tienen que internar sus archivos públicos y también aquellas que han dejado de funcionar, Nuestra institución es el ente rector del sistema nacional de archivos, entonces nosotros somos los que establecemos la norma de cómo deben funcionar los archivos a nivel nacional. En todas esas áreas nos movemos.
¿Cómo va el programa de voluntariado de catalogación de documentación del archivo?
La verdad es que ha sido una sorpresa la receptividad a la convocatoria. El archivo tiene treinta kilómetros de documentos puestos a lo largo, es lo que tenemos, la idea es que toda esa información esté catalogada, pero no se ha hecho, tenemos un montón de documentos que simple y llanamente no sabemos qué contienen, y esto no solo ocurre acá en Perú, ocurre con todos los archivos. Tenemos limitaciones presupuestales y por eso se nos ocurrió plantear este tema del voluntariado, o sea, aquellos que quieran apoyarnos en el proceso de descripción de documentos para catalogarlos los ponemos en disposición. Hicimos un proyecto piloto y lo lanzamos en diciembre, tenemos mas de 900 voluntarios y lo hemos parado como proyecto piloto porque sobrepasó lo que habíamos pensado . Hemos pedido más información para ponerla a disposición de ellos.
¿A puertas del Bicentenario, como lo recibe el Archivo General de la Nación?
Nosotros teníamos una normativa que tenía una buena cantidad de años y necesitábamos un ordenamiento en las normas. Había un proyecto de ley que llevaba varios años y en 2020, con el nuevo Congreso ,hemos estado trabajando con la Comisión de Cultura y la de Descentralización para elaborar este documento que finalmente fue presentado al pleno y aprobado por mayoría total, sin una sola abstención. La verdad que ha sido un tema importante que nos va a permitir avanzar un poco en lo que es la protección de la documentación histórica por un lado, y por otro, el sistema que comprende todos los archivos públicos.