El destino, o aquellos extraños caminos que la vida nos presenta, fueron los que se entrelazaron para que Lourdes Ferreyros, educadora, madre de dos hijos, cambiara su mundo por otro. Uno muy duro, intenso, en el que las mujeres se tienen que enfrentar con el dolor, el desarraigo y la tristeza. Lourdes llegó para extender una mano solidaria, para alumbrar un mundo, casi siempre en tinieblas.
“Creo que Dios hizo su trabajo y me mandó a un lugar que nunca imaginé pisar. Aunque valgan verdades, cuando camino a casa siempre pasaba por el penal de mujeres de Santa Mónica, le decía a mi esposo que algún día entraría para ayudar allí. Hasta que un día, una amiga me propone hacerlo y me consigue una carta de autorización de ingreso.
Cuando estuve dentro, lista para ayudar, sentí como si ese mundo hubiera formado parte de mí desde hace tiempo”, nos cuenta Lourdes, quien plasma sus 11 años de experiencia como voluntaria en el libro “Mujeres exinternas” (Gambirazio Ediciones), que se presenta este 29 en la Feria del Libro Ricardo Palma.
Tantos años escuchando historias es inevitable generar empatía con sus protagonistas.
Uno se llega a identificar con sus necesidades, sus tristezas y el dolor de ellas al estar alejadas de sus familias. Siempre hay que evitar juzgarlas, eso no nos corresponde. Y luego, cuando salen en libertad, hasta te da un poco de tristeza porque ya no las vas a ver. Yo siempre les digo a las chicas: ‘las que salen son ustedes, yo me quedo’.
¿Les es difícil reinsertarse a la sociedad no?
Sí, es algo que no se puede negar, cuando ellas salen no hay oportunidades de trabajo porque tienen antecedentes penales. Y cuando lo consiguen, deben poner bastante de su parte, muchas no mantienen un ritmo de trabajo normal, como respetar un horario, por ejemplo, Una de las cosas que yo propongo en el libro son claves para conseguir tus metas en libertad. Quienes tienen la desgracia de pisar un penal, apenas pasen el shock del encierro, deben comenzar a trabajar en ellas, en su autoestima, para que cuando nuevamente pisen las calles, no estén perdidas.
¿Muchas de ellas vuelven a delinquir?
He visto en muchas ocasiones que eso sucede, y caen nuevamente porque no tienen ayuda, y el apoyo tiene que ser emocional y económico. No basta con darles un trabajo, hay que comprender que ellas no son trabajadoras normales, hay que ser comprensivas con ellas.
¿Quién te motivo a escribir el libro contando tu experiencia en el penal?
Mira nada es por casualidad. En plena pandemia estaba en mi Facebook y vi la publicidad de un taller que proponía dar las pautas para estructurar un libro. La escritora argentina que lo dictaba desde Miami decía que todas las historias merecen ser contadas, eso me animó y me inscribí.
Y pusiste manos a la obra...
Cuando hablé con la que dictaba el taller le conté todo lo que hacía como voluntaria en los penales. Eran tantas historias, no sabía por dónde empezar, nunca había escrito algo similar, pero empezamos a trabajar en eso. Pensé que me iba a tomar más tiempo, pero todo se adelantó cuando ella me dice que debía realizar una preventa, y yo no tenía una línea escrita. Me sudaban las manos de solo pensar lo que se venía, y peor, cuando ya había vendido 100 libros y ni una página completada. Pero finalmente ya lo tengo en mis manos.
Al margen del libro “Mujeres exinternas” tu principal satisfacción debe ser seguir trabajando como voluntaria.
Sí, a mí eso me llena el corazón de alegría, me alimenta el alma de verdad, porque veo el cambio en estas mujeres que han tenido tanto dolor y así salen adelante. Veo el esfuerzo de muchas de ellas por no fallarme, todas esos regalos de vida no los cambio por nada, eso te lo aseguro.
Lourdes Ferreyros
Escritora
Licenciada en educación especial. Fue vicepresidenta de la asociación Fraternidad Carcelaria del Perú, a la cual pertenece desde 2009. Es fundadora de la ONG Cadenas de Esperanza que le ha valido a escribir su primer libro.