Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel, el intelectual polémico, el crítico de la cultura del espectáculo, el entusiasmado hombre que aparece en la revista “Hola”, el autor de “La fiesta del Chivo” y también de “El héroe discreto”, cumple hoy 84 años.

El novelista arequipeño es, hasta ahora, el único Premio Nobel que tiene el Perú y ha escrito, por lo menos, tres obras maestras: “La ciudad y los perros”, “La casa verde” y “Conversación en La Catedral”.

Pero también es una voz recurrente en la opinión pública, con declaraciones o artículos que lo ponen en el centro de la polémica: la tauromaquia, el feminismo y, ahora último, el coronavirus y China.

El narrador, como siempre, sigue bajo los reflectores de los medios, la política, y escribiendo y publicando: después del aplaudido “Tiempos recios” se espera “Medio siglo con Borges”, que saldrá en mayo.

El novelista señaló que "es mucho mejor tener democracias imperfectas, hasta corruptas, que dictaduras" por el caso de Chile. (Foto: AFP)
El novelista señaló que "es mucho mejor tener democracias imperfectas, hasta corruptas, que dictaduras" por el caso de Chile. (Foto: AFP)

REALIDAD Y FICCIÓN

Se ha escrito innumerables libros sobre la vida y obra de Mario Vargas Llosa. Además, el mismo novelista se ha encargado de contarla, tanto en ficción como en sus memorias.

La historia de cómo se enteró que su padre no estaba muerto la contó en “El pez en el agua” y, ficcionalizada, en “La ciudad y los perros”.

Su vida como periodista, con múltiples trabajos, para sobrevivir con su primera esposa, su tía Julia Urquidi, la narró, en clave de ficción, en “La tía Julia y el escribidor”.

Sus pasos en el periodismo, como cronista policial, y sus primeros años en la universidad, aparecen, en esencia, en su novela “Conversación en La Catedral”.

Y así podríamos llenar todo una edición del diario sobre cómo Vargas Llosa ha partido desde sus experiencias personales para entrar en el mundo de la ficción.

O de cómo ha querido tocar la ficción. En 2015, actuó en su obra de teatro “Los cuentos de la peste”, para convertirse en un personaje y vivir la experiencia de la ficción de manera más cercana.

¿Y cuál es el origen de todo esto, de escribir? Vargas Llosa se responde en “Cartas a un novelista”: “Creo que la respuesta es: la rebeldía. Estoy convencido de que, quien se abandona a la elucubración de vidas distintas a aquella que vive en la realidad, manifiesta de esta indirecta manera su rechazo y crítica de la vida tal como es, del mundo real, y su deseo de sustituirlos por aquellos que fabrica con su imaginación y sus deseos”.

La insatisfacción, por supuesto, es el combustible para crear ese fuego llamado literatura.

Retrato de Mario Vargas Llosa en 1964, poco después de la publicación de "La Ciudad y Los Perros", frente al colegio Militar Leoncio Prado.
Retrato de Mario Vargas Llosa en 1964, poco después de la publicación de "La Ciudad y Los Perros", frente al colegio Militar Leoncio Prado.

TRANSFORMAR

A pesar de sus contradicciones, cambios de perspectivas, hasta en sus giros personales (rupturas, peleas), lo que nos ha dejado el Vargas Llosa escritor es que la literatura entrega una mirada crítica sobre la realidad social, cultural, política.

Leer no es solo un acto de evasión o placer, que también es vital, necesario, sino como una actividad para transformar las ideas.

Como le dijo a Rubén Gallo en “Conversaciones en Princeton”, libro publicado por Alfaguara en 2017:

“Las buenas novelas nos enseñan a mirar la realidad de una manera más compleja. Las grandes novelas nos muestran que la pura apariencia no lo dice todo, que se trata de una superficie muy engañosa, y que para entender el mundo hay que indagar a fondo para descubrir los mecanismos detrás de las conductas, detrás de los hechos”.