Martín Bergel ha reunido una serie de ensayos sobre los inicios del APRA en su libro La desmesura revolucionaria (La Siniestra, 2019), tomando como puntos de investigación elementos poco trabajados en la historiografía, como la correspondencia casi obsesiva de los fundadores del movimiento liderado por Víctor Raúl Haya de la Torre y los viajes que tuvo el joven político por la región antes de formar uno de los movimientos más polémicos no solo del país sino de Latinoamérica.
¿Te fue difícil mantener una distancia para estas investigaciones?
Soy historiador, en principio académico, por lo cual me debo a los criterios metodológicos y de rigor de la disciplina. Esto no quiere decir que no tenga mis propias opciones políticas y simpatías. No obstante, un abordaje de la historia del APRA se merece una toma de distancia. No quiero hacer algo puramente objetivo, pero sí trato de no involucrarme en discusiones estériles. Para involucrarme en la historia del APRA hubo un momento de fascinación, que luego traté de controlar, con esa aventura intelectual y política que protagonizó no solo Haya de la Torre, sino el conjunto de jóvenes exiliados en la década del 20. Un movimiento que se podía construir desde Oxford, París, Buenos Aires, México o La Paz.
En un ensayo estudias las cartas como forma de reorganizar la militancia y generar el debate de ideas en el APRA...
Formó parte de la propia praxis y el desarrollo de cómo lidiar con la distancia. En esa época, donde había menos canales de comunicación, hubo tal nivel de enlace entre figuras que no se vieron en años. La correspondencia incluso estaba pensada para ser publicada o leída colectivamente.
Fue un vehículo importante para muchas formaciones políticas, sobre todo en Latinoamérica, donde los exilios fueron la norma. Hay un rasgo especialmente marcado en los apristas. Parte importante de esa investigación fue rastrear esas cartas, que muchas veces están perdidas, yendo a archivos y beneficiándome de algunas colaboraciones de ciertas familias.
¿Hay una reticencia a entregar ese material?
Sería de desear que se pudiera organizar un archivo en torno a los materiales que produjo el APRA a lo largo de ese desarrollo. Está todo tan disperso, a la merced del arbitrio de algunas personas que deciden compartirlo o no. Pareciera que la historia está en el documento, y los historiadores sabemos que sin preguntas los documentos no valen tanto en sí mismos. Hay la idea de fetichización del documento. Y hay un temor de que hubiera un dato revelador de algo. Pero tal cosa nunca ocurre. Al mismo tiempo, contamos con la correspondencia publicada por Luis Alberto Sánchez, sus cartas con Haya, pero ha sido poco trabajada.
Otro punto poco pensado es la gira que hizo Haya por Uruguay, Argentina y Chile, antes de la fundación del APRA...
Necesitamos una buena biografía de Haya de la Torre y de otras figuras. Este viaje solo había sido trabajado por Sánchez en uno de sus libros sobre el APRA. Me parecía un viaje importante porque se ubica al inicio de su carrera política y le abre un horizonte latinoamericano. Ahí comienza a vislumbrar el rédito político que podía sacar una figura que, como él, pudiera captar la simpatía que había.
Pensar en los orígenes del APRA apunta a ver lo que es ahora, sobre todo luego de la muerte de Alan García...
Ahí debo ser cauto. Como historiador busco ser preciso con los distintos contextos históricos, y el actual es absolutamente distinto. Sobre lo que ocurrió con Alan García no puedo decir mucho más de lo que se ha discutido en la prensa. Me parece que fue realmente un hecho casi espeluznante, de pocos antecedentes en la historia latinoamericana: líderes tan importantes que tuvieron desenlaces de ese estilo. No me animaría todavía a sacar una conclusión tajante acerca de cómo este hecho va a ser significado en la historia posterior. Aún es temprano para ver si esto puede ser utilizado como un nuevo mito político por el APRA o si finalmente tiene que ver con la larga crisis del partido. Lo veremos con los años.
Perfil
Martín Bergel, investigador argentino
Nació en Buenos Aires en 1973. Es doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires. Publicó El Oriente desplazado y Los viajes latinoamericanos de la Reforma Universitaria.